Almodóvar deja sin piel a sus estrellas

Como el mejor de los cirujanos quirúrgicos en el mundo, Pedro Almodóvar tiene la cualidad de quitar las capas que rodean a sus actores y, una vez terminado su trabajo, dejarles secuelas en su vida.

Así lo hizo en su más reciente filme, La piel que habito, en donde sus nuevos pacientes fueron los actores Marissa Paredes, Antonio Banderas y Elena Anaya.

Los utilizó en el quirófano para contar la historia donde un hombre intenta transformar a una joven para que físicamente se parezca a su ex esposa, ya fallecida, a través de la invención de una piel que soporte todo.

“¡Necesito aún digerirlo!”, exclama un serio Antonio Banderas, tratando de resumir la experiencia que extrajo de este rodaje.

Paredes no se queda atrás. Y acepta que cada que pisa el set del realizador manchego simplemente se convierte en una principiante.

“Entras como niña a ver de qué se trata, porque con Pedro lo que ocurre es que nunca sabes el final, sí el principio, pero no el final”, dice la actriz conocida en México por El espinazo del diablo.

La piel que habito significa el regreso de Almodóvar a la pantalla grande, luego de dos años, cuando realizó Los abrazos rotos.

“Es un material muy distinto a todo lo anterior porque me ha pillado en pleno cambio”, dice Almodóvar.

“Me veo como una persona de mediana edad que, como no quise celebrar los 40, cuando llegué a los 50 tuve que pasar la crisis de las dos décadas”, agrega.

A Banderas lo pone como hijo de Paredes. Y a Anaya (La habitación azul) como la persona que llega a su vida y se ve encerrada en una habitación para ser el experimento. “Pero no es una mujer típica, mi personaje, que sólo ve qué hacen con ella, sino que también actúa de alguna manera”, dice Anaya y agrega: “Pedro me pidió que pensáramos en que teníamos muchas capas, para irlas mostrando en la historia”. Y apunta Paredes:

“Es una alegría que un director como Pedro haya puesto énfasis en las mujeres, sus mujeres no son mujeres jarrón, como se decía antes, todas ellas son valientes, luchan por su libertad y también son unas supervivientes natas, pocas veces un personaje femenino tiene esas posibilidades de pasar de un matiz a otro”, señala la española.

La crítica la ha calificado como una película difícil.

Su paso por el reconocido festival de cine de Cannes sólo consiguió reportarle el solitario premio a la dirección de fotografía de José Luis Alcaine, pero también es cierto que el propio Pedro Almodóvar la ha calificado como una cinta que no será para todos los gustos. Y no es su intención.

El mundo de Almodóvar

Sus primeras películas Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y Laberinto de pasiones cautivaron por el desenfado de sus historias llenas de groserías.

Luego vendría su retrato de la familia española con La ley del deseo para ahora explorar el paso del tiempo, la maternidad y la soledad en Todo sobre mi madre y Volver.

Agencia El Universal