Amberes…la meca artística de Rubens y la industria del diamante

En los siglos XV y XVI, Amberes era un fluir constante de artistas, ideas y mercancías que recalaban en su próspero puerto e iban definiendo su carácter abierto. Era la meca artística de Rubens, el lugar donde Napoleón meditaba cómo abordar Gran Bretaña y la gran urbe medieval en la que los judíos hacían prosperar la industria del diamante. Amberes fue todo eso y, hoy, sigue manteniendo sus sentidos despiertos.

Desde la Estación Central, edificada a finales del siglo XIX, se puede tomar el pulso a las calles, tiendas y talleres del barrio de los Diamantes, que se extiende por el este como un universo en sí mismo. La avenida Meir, una de las vías comerciales más potentes, conecta esta parte de Amberes con el centro medieval. El paseo dura apenas quince minutos y muestra algunas de las sorpresas más deliciosas de esta ciudad flamenca.

La primera es el Palacio Real o Mier, de estilo rococó y recientemente restaurado. Fue propiedad de Napoleón y residencia de paso de distintos monarcas; hoy alberga en sus cocinas el taller de uno de los maestros chocolateros belgas, Dominique Persoone (Brujas, 1968), cuyas creaciones seducen por sus formas y sabores. Muy cerca, en la plaza Waper, la Casa-Museo de Rubens (1577-1640) acerca a la obra y figura de este pintor que dejó su legado por toda la ciudad.