Un grupo de especialistas japoneses cree haber localizado importantes yacimientos de elementos raros y codiciados en el fondo del Océano Pacífico, de acuerdo a unos análisis de muestras publicados en la revista Nature Geoscience.
El equipo, que cuenta con académicos de la Universidad de Tokio, asegura haber detectado altas concentraciones de estos codiciados minerales, empleados para fabricar productos de alta tecnología, en una vasta zona de 8.8 millones de kilómetros cuadrados en torno a Hawai y en otra de 2.4 millones al este de Tahití.
Concretamente, el equipo revela que el disprosio, utilizado en motores para vehículos eléctricos e híbridos, y el terbio, empleado en televisores de última generación, son los metales que presentan una mayor densidad en estas áreas a profundidades de entre 3 mil 500 y 6 mil metros.
El equipo calcula que la cantidad de elementos raros en estas dos zonas podrían equivaler a varios miles de veces las reservas terrestres.
«Estimamos que un área de apenas un kilómetro cuadrado en torno a uno de los sitios de muestreo podría proporcionar una quinta parte del consumo mundial anual actual de estos elementos», detalla el grupo en la versión preliminar del artículo, publicada en la versión online de Nature Geoscience.
Los investigadores aseguran también que separar los minerales del barro es muy simple y económico, aunque habría que resolver técnicamente la obtención del mismo del fondo del mar.
Además, para realizar una extracción sería necesario obtener un permiso de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, dependiente de Naciones Unidas, ya que ambas áreas se encuentran casi en su totalidad en aguas internacionales.
Giro geopolítico
El descubrimiento podría suponer una diversificación del suministro mundial de elementos raros, de las que China produce 90% mundial.
Esto supone que muchos países sean dependientes de las reservas del país asiático, que ha comenzado a limitar la cantidad de reservas que exporta en los últimos años. Según datos de la BBC en 2010 exportó 39 mil toneladas de minerales raros, pero lo limitará a 30 mil 258 toneladas al año.
Baiyun Ebo es el mayor yacimiento en la Tierra de estos elementos. China saca ventaja ya que tiene mano de obra más barata y mínimas restricciones medioambientales, pues su extracción es peligrosa, tóxica y muchas veces radiactiva.
Usualmente son yacimientos a cielo abierto. Para producir una tonelada de minerales raros 300 metros cuadrados de superficie del suelo se pierden, por eso son altamente criticados por los ambientalistas.
Otros países con reservas incluyen Australia, Brasil, Rusia y Estados Unidos, siendo éste último el que podría depender más de China pues se está acabando sus yacimientos.
Agencia El Universal