Decía el cantautor asturiano Victor Manuel que «Asturias es verde de monte y negra de minerales». Un pulmón natural que se extiende por toda la cordillera Cantábrica regalándonos paisajes de frondosos bosques e irregulares montañas cuyo verdor es dificil de igualar.
Su naturaleza siempre ha sido su mejor arma de seducción. Entra por los ojos en cuanto uno cruza el Negrón, el popular túnel que le separa de León y que indica a los asturianos que ya vuelven a estar en casa. Una bajada por el Huerna sirve como antesala de lo que nos encontraremos: extensos valles por donde corre el agua, fauna salvaje y pequeños pueblos que, según nos acercamos al centro de la región, siempre han estado marcados por la minería.
En su litoral, los sobrios edificios son reemplazados por pequeños pueblos de pescadores. Algunos de ellos distinguidos como los más bonitos del norte, como ha sido siempre Cudillero. Aquí Asturias se siente con el ruido que provocan las olas al romper contra sus acantilados.
En la brisa de Cabo Peñas, el punto más al norte de la región; o en las playas que tratan de esconderse entre las dunas, como San Juan de Nieva o Xagó. Paisajes que cada año atraen a cientos de veraneantes y que han inspirado a decenas de directores de cine y televisión.
Este es el caso de Llanes, que sirvió como escenario para la película El Orfanato; Lastres, donde se rodó Doctor Mateo; o Vicky, Cristina y Barcelona, que no dudaron en dejar la ciudad condal para disfrutar de unas vacaciones en Asturias.