Guanajuato, Gto.- Atom de Robert Henke (Munich, 1969) y Christopher Bauder (Stuttgart, 1973), cautivó a los asistentes a la Cancha de Cristal Profesor Arturo Larios, quienes vibraron con un espectáculo que expuso las diferentes tesituras de la música electrónica unida en una singular instalación.
El público entra al recinto, expectante se acerca al espacio escénico y observa el recurso básico del montaje: 26 globos inflados con helio, que se mantienen cercanos al suelo, dispuestos en cuadricula de ocho hileras, controlados por computadora.
Atom interna a los asistentes por diferentes tesituras de la música electrónica. Con un sigiloso sonido metálico inicia la travesía, los ritmos se asemejan al sentimiento de entrar a la profundidad de una caverna y desde ahí lentamente va subiendo el sonido y el ánimo.
Creados a partir del choque de cucharas, medallas y otros objetos metálicos, los sonidos van ocupando la atmósfera que transforma a todos los participantes en pequeñas partículas flotantes de un entramado molecular.
El equipo creativo construyó un paisaje sonoro lleno de electricidad que muestra un movimiento especial de los átomos dentro de una compleja molécula. La gente sentada alrededor de la instalación, se recostó en el suelo a ver flotar los ingrávidos globos durante 50 minutos.
Como parte de la programación del Festival Internacional Cervantino, organizado por el Conaculta, Atom muestra el movimiento de las esferas por las cuales viaja la música que se refleja en la iluminación y manipulación, coordinada con la música.
Christopher Bauder controla la circulación de los globos y luces en conjunto con la música. El artista se enfoca en la ingeniería y el diseño de instalaciones interactivas. Asimismo, con 25 años de trayectoria dentro de la escena musical, Robert Henke considera que su trabajo es la construcción de nichos para ser habitados por música, iluminación y personas.
La dupla de artistas ofrece Atom, espectáculo que siempre tiene algo de improvisación durante cada presentación, porque se logra con la interacción con el público, haciendo cada presentación única.
El artista afirma que “independientemente de que hay demasiados elementos técnicos (las computadoras, la música electrónica y todo el diseño para que los globos floten de una manera precisa), lo que esperamos es que la audiencia experimente solamente los globos flotando, de manera que cuando las luces se apaguen, desaparezca la sensación de que atrás está la tecnología y quede una experiencia frágil y poética”.