Un avión de pasajeros turco con 162 pasajeros a bordo se salió de la pista el sábado por la noche y quedó atrapado en la ladera de un acantilado en la ciudad de Trebisonda (Trabzon, en turco) sin que se hayan producido heridos, según informan este domingo los medios locales. La compañía ha emitido un comunicado en el que califica el suceso como un «incidente de excursión» -según nota de EL PAÍS-.
El avión siniestrado venía desde Ankara y en él viajaban 162 pasajeros que no han resultado heridos.
El aparato, un Boeing 737-800 de la aerolínea turca Pegasus, venía de Ankara y derrapó al aterrizar en Trebisonda, una ciudad costera del mar Negro. Tanto los pasajeros como los seis tripulantes (dos pilotos y cuatro miembros del personal de cabina) fueron evacuados del avión y nadie resultó herido. Una de las pasajeras, Fatma Gordu, ha relatado a la agencia de noticias Anadolu el pánico de los pasajeros.»Comenzamos a inclinarnos hacia un lado, luego al frente, hubo pánico, la gente gritaba y gritaba», dijo.
El avión se deslizó a lo largo de un barranco fangoso y se detuvo a pocos metros del mar. Las imágenes de CNN en Turquía muestran cómo las ruedas quedaron atrapadas en el acantilado que descendía hacia el mar Negro. Otras imágenes, de la agencia Dogan, han registrado humo saliendo del interior.
El gobernador de Trebisonda, Yücel Yavuz, confirmó que todos los pasajeros y la tripulación fueron rescatados ilesos y explicó que se había abierto una investigación para aclarar las causas del accidente. El aeropuerto ha permanecido cerrado durante la noche pero vuelve a estar ya operativo, según varios diarios turcos.