El Barcelona no tuvo más rival en Córdoba que su propia falta de puntería. Y una vez que la afinó, no hubo más partido. El equipo de José Antonio Romero ya se empieza a despedir de la categoría de élite y el Barça se regodea en su juego y camina firme en su búsqueda del triplete. 8-0 en el Nuevo Arcángel y a pensar en las semifinales de Champions el próximo miércoles frente al Bayern -según nota de El PAÍS-.
Al Barça no le costaba romper la barrera de jugadores que había plantado el Córdoba a metros de la medialuna. El problema para los azulgrana era su falta de tiza. Los chicos de Luis Enrique probaron 11 veces a portería hasta que consiguieron romper el cero en la portería de Juan Carlos. Algunos fallos inexplicables, Messi y Neymar se malograron dos goles inexplicables para su pedigrí. Pero lo que el 10 no certificó con un gol, lo hizo con una asistencia.
Cuando se agotaba el primer tiempo, el rosarino sacó de su cajón de recursos una asistencia genial para Rakitic. El croata no dudó. Su tremendo derechazo regó de tranquilidad al Barcelona. Y si Messi se lució con un pase-gol de izquierda a derecha, Iniesta lo hizo de derecha. Esta vez el beneficiario fue Luis Suárez, que cerró el primer tiempo con su 14º gol en la Liga.
Desde la alineación Luis Enrique enseñó la importancia del partido. El asturiano sacó a su once de gala y una vez rematada la contienda cuidó jugadores. Afuera Rakitic, Iniesta y Mascherano y minutos para Xavi, Mathieu y Pedro. Se sabe que los tres de arriba salen: ellos mientras descansan en el campo acumulan goles. Sumó dos Messi (le dejó un penalti a Neymar), Luis Suárez firmó su primer hat-trick con la camiseta del Barça y Piqué se sumó al festival goleador.