Besos de Azúcar…pureza e inocencia en el vacío

Nacho, un niño de 13 años que cruza el umbral de la adolescencia tratando de encontrar su lugar en la vida en lugares equivocados, y Mayra, una niña angelical cuyo único defecto es ser hija de La Diabla, dirigente de ambulantes, son los protagonistas de Besos de azúcar película del director Carlos Cuarón que se estrena en cines comerciales este viernes 25 de octubre con 100 copias.

Estos detalles de la película se dieron a conocer en conferencia de prensa en la que participaron el director de la cinta Carlos Cuarón, el guionista Luis Usabiaga y los protagonistas del filme César Kancino y Daniela Arce.

De acuerdo con Carlos Cuarón, Besos de Azúcar es una película dulce y filosa, una comedia social narrada con mucho sentido del humor que hace un retrato de la sociedad mexicana e invita a reflexionar sobre lo que en el tiempo presente se hace con los niños y jóvenes: aventarlos al vacío.

“Esto lo hace la sociedad en general y sobre todo los gobiernos y el Estado que no ha sabido proveer oportunidades. Entonces la película es una historia de pureza e inocencia en contra de la oscuridad del contexto, que hace una invitación para que no aventemos al vacío a nuestros niños y jóvenes ya que son nuestro futuro y esperanza, y por el contrario que les demos oportunidades.

“Por ejemplo, para que en el norte en donde es aspiracional en algunos lugares ser narco, los chavos aspiren a ser cineasta, doctor, locutor, periodista o fotógrafo, gentes productivos, de bien”.

En Besos de azúcar se muestra como Nacho y Mayra son excluidos y menospreciados por sus familias por lo que se encuentran solos en el mundo y sus únicos sostenes emocionales son sus mejores amigos con los que tienen aventuras divertidas.

En el caso de Nacho El Cacayo, un adulto con la manía de ponerle con plumón a las mujeres que aparecen en revistas para adultos ropa y que se dedica a la piratería. Con Mayra su mejor amiga Citlalli, una niña que por pintarse el cabello con colores llamativos es segregada en la escuela.

A través de ellos –destacó Carlos Cuarón– “busco reflejar la experiencia versus la inocencia y también que en la vida existe un lado oscuro pero también uno luminoso. En la película el luminoso está simbolizado por los niños y El Cacayo y el lado oscuro con los adultos que aparecen.

“Así vemos que tenemos las dos cosas y que está en nosotros, como en el final de la película, decidir qué queremos. Quizá un lado luminoso en donde nuestra juventud y todos los que somos luminosos sobrevivimos y le ganamos al México oscuro, el de criminales, y políticos corruptos.

“Lo que hace la película es poner el dedo en la llaga y mostrar que hay un problema enorme de violencia intrafamiliar en México que estamos ignorando todo el tiempo y a su vez de violencia verbal que es peor que la física y mucho más humillante”.

Una cancha de futbol descuidada, una peluquería en donde un hombre se está cortando el cabello, calles atiborradas de puestos ambulantes, basura y gente, una vecindad llena de mercancía robada o pirata que es al mismo tiempo habitada por vendedores ambulantes y un cuarto de azotea viejo, sucio y lleno de basura son algunos de los escenarios en donde se desarrolla la historia de amor entre Nacho y Mayra.

Durante la conferencia estos escenarios fueron tema abordado por Carlos Cuarón quien destacó la importancia de las locaciones realizadas en su totalidad en el Barrio de Tepito, ya que comentó, fue un espacio que le brindó la oportunidad de tener un contexto difícil, oscuro, a veces violento y continuamente corrupto.

“Ese fue el paisaje en donde se narró esta historia del primer amor que se define con inocencia y pureza. Un espacio que elegí porque me pareció un lugar con un contraste muy interesante y que en la película serviría muy bien porque no les iba a permitir a los niños desarrollar su enamoramiento de una manera libre”.

Mientras que para Luis Usabiaga, la elección de grabar en Tepito fue porque es un microcosmos de México “y en ese sentido pareciera que la economía informal que se desarrolla en ese espacio se estuviera extendiendo y entonces pensé que el país se parecería a Tepito dentro de unos años.

“Además Tepito es la cara aparente de todo un sistema de corrupción en el que estamos envueltos por lo que cualquier ciudadano prácticamente de México puede identificarse con la economía informal, el tianguis o la mordida”.

En Besos de azúcar también son visibles personajes disfuncionales que hacen la vida imposible a los protagonistas y viven en un entorno social corrupto y violento: La Diabla, dirigente de los ambulantes que a cambio de protección de la policía se acuesta con el jefe que supervisa la zona; Joao, el padrastro de Nacho que vende películas pirata, roba y miente; la madre de Nacho, una policía de tránsito que pide mordidas a cuanto automovilista puede y el Chiquibuki un niño gánster.

Personajes que para Daniela Arce hacen de Besos de azúcar una película divertida y con gran sentido del humor que retrata lo que está sucediendo en el México actual “en donde se está aventando a nuestros adolescentes al vacío porque no se le dan oportunidades”.

Mientras que para César Kancino son protagonistas de una cinta que refleja el contexto social de México y una cuestión “que no sólo suceden en México, sino en todo el mundo: la experiencia del primer amor”.

En la conferencia Luis Usabiaga también dio a conocer la anécdota que dio origen a la cinta: un encuentro con el amor y el amor al cine inducido después de ver en 1971 la película Melody, “ya que desde entonces ella despertó en Carlos y yo las ganas de tocar el tema del primer amor en una película. Entonces fue una especie de ajuste de cuentas con la infancia y la adolescencia”.

El final de Besos de azúcar, muestra a Nacho y Mayra brincando desde lo alto de un edificio que horas antes sirvió de posada para los dos, un espacio mágico para ambos ya que desde ahí vieron construir y al mismo tiempo derrumbarse su amor y sus sueños.

Sobre este final abierto, Luis Usabiaga dijo que la idea surgió al darse cuenta que en la película no funcionaría el happy end “ya que la idea es hacer que cada quien arme en su cabeza lo que quiera al ver el final de la historia.

“Nosotros sentimos que de cualquier manera tanto Nacho como Mayra están liberados desde el momento en que saltan independientemente de lo que decida el espectador sucede más adelante. En el momento en que brincan verán que es una decisión de ellos y que lo hacen porque se están liberando del entorno opresivo”.