Sudáfrica y Senegal cerraron sus fronteras a viajeros procedentes de Liberia, uno de los países más afectados por el reciente brote de ébola -según nota de BBC Mundo-.
La decisión contradice las recomendaciones de Naciones Unidas al respecto.
Más de 1.300 personas han muerto de ébola en África occidental, casi todos en Liberia, Guinea y Sierra Leona.
Entre tanto, un hospital en Estados Unidos dio de alta a dos misioneros estadounidenses que estaban recibiendo tratamiento por el virus, diciendo que no representaban amenazas para la salud pública.
Ambos recibieron un medicamento experimental que no había sido probado en humanos antes, pero los doctores dicen que no estaba claro si eso ayudó a su recuperación.