La UNESCO dio a Bolivia un año para frenar el deterioro del Cerro Rico de Potosí, en peligro de desplome, y la abandonada ciudadela prehispánica de Tiahuanaco, ambos Patrimonio de la Humanidad, bajo advertencia de declararlos «en riesgo» , informó hoy la ministra de Culturas, Elizabeth Salguero.
En rueda de prensa, Salguero dijo que en el caso del Cerro Rico, la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) exige al Gobierno del presidente boliviano, Evo Morales, terminar lo antes posible un estudio geotécnico pendiente desde 2009 y suspender «todo tipo de trabajo» por encima de los 4 mil 400 metros.
La Unesco recomendó trabajos técnicos en la cima, en la que hay un boquete de 22 metros de diámetro y 20 de profundidad, y vigilar la estabilidad de la montaña, cuyas vetas de plata son explotadas sin pausa desde 1545 y fueron una de las principales fuentes de ingresos de España en la América colonial.
El Cerro Rico es desde 1986 Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad, pero las autoridades bolivianas no le dan el mantenimiento adecuado y sus yacimientos de plata, estaño y zinc siguen siendo explotadas, sin mayor control, por unos 12.000 mineros.
Las peticiones de la Unesco sobre la emblemática montaña cónica que domina la ciudad sureña de Potosí, en siglos pasados signo de riqueza, son fruto de la evaluación de una misión que el organismo envió a Bolivia en mayo pasado, encabezada por el español Josep Mata Perelló, para verificar el riesgo de desplome.
Salguero anunció que se reunirá en breve con autoridades mineras, regionales y municipales de Potosí y con sindicatos de los mineros que horadan la montaña, para informarles de las exigencias de la Unesco y establecer un plan de trabajo.
En cuanto a Tiahuanaco, el organismo de la ONU criticó los problemas de gestión del principal sitio arqueológico de Bolivia y la falta de coordinación entre el Ejecutivo de Morales, las autoridades locales y las comunidades campesinas, lo que ha impedido los trabajos de mantenimiento y restauración.
Salguero dijo que este jueves se reunirá con los sectores involucrados para tratar de diseñar un decreto «que posibilitará el trabajo conjunto y el establecimiento de responsabilidades, tanto nacionales como locales» .
La norma, según ella, permitirá «destrabar» unos recursos que otorgó Japón para la restauración de dos museos y la elaboración de un plan de conservación y manejo de Tiahuanaco, situado a cerca de 4 mil metros sobre el nivel del de Marzo y declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000.
La pirámide de Akapana, la megalítica Puerta del Sol o el templo de Kalasasaya son algunas de las construcciones más emblemáticas de lo que queda de la cultura tiahuanacota, que floreció entre el año 1580 antes de Cristo y el 1172 de nuestra era.
Morales ha escenificado allí dos entronizaciones como líder indígena andino en 2006 y 2010, tratando de asumir el legado tiahuanacota tras sus dos elecciones como presidente, aunque su pueblo aimara llegó a la zona siglos después, según antropólogos y arqueólogos.
Algunos de los monumentos han comenzado a perder sus iconografías y están cubiertos por líquenes, musgos y moho, mientras que los museos tienen goteras y sus techos se caen a pedazos, según pudo constatar recientemente.
Salguero admitió que tendrá que trabajar mucho y a «contrarreloj» para cumplir las exigencias de la Unesco en un año.
Agencia El Universal