Brasil acumula este año dos trimestres consecutivos de contracción económica, por lo que la potencia de América del Sur entró en recesión técnica.
En el segundo trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) del país se redujo un 0.6 por ciento respecto al primer trimestre, que ya había cosechado una caída del 0.2 por ciento, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
De esta forma, el país entra en lo que los economistas llaman “recesión técnica”, al sumar dos trimestres consecutivos de caída del PIB.
Excepto el agropecuario, que creció un 0.2 por ciento impulsado por las exportaciones, el resto de sectores se vio impactado por la contracción de la actividad económica, en especial el industrial, con una caída del 1.5 por ciento respecto al primer trimestre y del 3.4 por ciento interanual.
La industria brasileña está sufriendo los efectos de la caída del consumo a nivel doméstico y, ante su baja competitividad en varios subsectores, productos como los autos –que proporcionan decenas de miles de empleos- no logran compensar en mercados exteriores la desaceleración de la demanda interna.
Las autoridades económicas aseguran que estos datos se explican, por una parte, como consecuencia de la Copa del Mundo, que entre junio y julio multiplicó los días feriados –con comercios cerrados y líneas de producción inactivas-, y por el estancamiento del consumo a nivel doméstico, producto de un alto endeudamiento de las familias.
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, por su parte, asegura que los malos datos se deben a la crisis económica mundial, en un intento de justificar esos resultados ante la población, que en menos de 40 días votará para elegir al nuevo jefe del Estado.
Ante este escenario de contracción económica, expertos y analistas prevén un crecimiento de apenas el 1.0 por ciento del PIB para este año, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) situó a Brasil en la lista de economías emergentes con más riesgo.
INF./NOTIMEX