* La cultura no puede ser íntegra si no abarca la práctica de las bellas artes, las cuales «no pueden vivir sin ética», enfatizaba el músico y compositor
Por Juan Carlos Castellanos C.
Gloria Carmona, pionera en investigación y registro de la vida, la obra y el legado de Carlos Chávez no titubeó al aseverar que ese compositor, director de orquesta y músico está vigente, “vive a través de la Orquesta Sinfónica Nacional y del Instituto Nacional de Bellas Artes”.
Entrevistada por Notimex en el marco del homenaje que se rindió con motivo del 120 aniversario del natalicio del artista en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim), la decana de la institución aseguró que “Chávez expuso las necesidades de fomentar la creación artística y difundirla en el país”.
Recordó que a Carlos se debe la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), en ambos casos por medio de un decreto presidencial; “de esa manera, desde su puesto en el Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública garantizó la permanencia de ambas instituciones”.
La labor del Chávez hacedor de instituciones hizo germinar una idea que nació en su mente brillante: que el Departamento de Bellas Artes que él dirigía, creciera hasta el nivel de instituto nacional. “Repartió actividades y responsabilidades, amplió planes, visualizó las necesidades del país y de su sociedad en su conjunto, y así nació el INBA”, hoy Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
Carlos Chávez alternaba su labor como compositor, con la de generar bases reales que permitieran a México alcanzar niveles de arte y cultura insospechados.
“Miraba al arte como algo integral y siempre defendió su creencia en el arte como la gran fuerza de todos los pueblos; por eso organizó al INBA de acuerdo a las bondades y necesidades del país”, explicó Gloria Carmona.
A él le correspondió redactar el “Plan Bellas Artes” bajo la premisa de siempre fomentar la función educativa del arte, democratizarlo y hacerlo útil a las exigencias populares a partir de la idea que siempre anidó en su pensamiento: la educación artística no puede ser ajena a la educación formal; por eso, ideó que se impartieran clases de arte desde el inicio de la escuela.
La entrevistada comentó que al hacerse cargo del Departamento de Bellas Artes, Carlos Chávez decidió que ningún trabajo, iniciativa o acto cualquiera “debía llevarse a cabo si no formaba parte de un todo organizado, de un plan general de acción y trabajo que se formulara de acuerdo con las realidades de la sociedad mexicana en su conjunto”.
Gloria Carmona, próxima a celebrar 30 años de servicio en el Cenidim, refirió que Chávez hizo hincapié en que de ninguna manera la educación artística podía verse como un proceso aislado e independiente de la educación general. La cultura, enfatizaba el músico, no puede ser íntegra si no abarca la práctica y el ejercicio de las bellas artes.
La finalidad del Departamento de Bellas Artes era completar la educación, que fuera integral y proporcionara al individuo una cultura intelectual, espiritual y física, expuso la entrevistada, quien recordó una de las frases mencionadas por Carlos Chávez en la transición del Departamento al Instituto de Bellas Artes: “El arte no puede vivir sin ética”.