
México, D.F.- Un apego a la llamada Época de Oro del cine nacional impulsó a Carlos Monsiváis a conformar un riquísimo acervo de fotomontajes, carteles, stills, programas de mano, fotografías y autógrafos de ese periodo. Hoy, el Museo del Estanquillo abre sus puertas para poder constatar la mirada que el cronista y escritor ejerció sobre aquella etapa luminosa de nuestra cinematografía.
Del rancho a la capital. El cine mexicano de Carlos Monsiváis nos acerca con detalle a las producciones clásicas del cine nacional resaltando sus aspectos menos conocidos. Así se brinda una actualización de ese periodo particularmente atractivo para las nuevas generaciones.
La curaduría de la muestra estuvo a cargo de Carlos Bonfil, quien comentó que la colección de piezas es un intento por capturar y compartir la manera en que Monsiváis se relacionaba con el cine, al que veía como un fenómeno cultural, sociológico o antropológico.
“Carlos era ante todo un cronista de la Ciudad de México, un gran explorador de las barriadas, los ambientes populares, y los salones de baile, que además se convirtió en el sustento de su formación como cinéfilo, de su educación sentimental y su desarrollo como explorador de un lugar que era su gran pasión”.
En términos museográficos, Bonfil detalló que la reunión de materiales exhibidos da cuenta de cómo en la pantalla grande se evidenció la transición de una sociedad mexicana que en ruta hacia la modernidad pasó del rancho a la capital. Así, tomó como punto de partida la película Santa, primera producción sonora en la historia del cine nacional.
La historia de esa película da cuenta de cómo el personaje central al pasar del edén rural donde vive, en el que predominan las virtudes como la pureza, las doncellas castas y los amores no enturbiados, experimenta una crisis al trasladarse a la ciudad, donde se corrompen esos valores.
“Lo más interesante de este recuento –señala el también crítico de cine-, es recuperar la memoria fílmica, un patrimonio amenazado por el tiempo, cuya importancia radica en la posibilidad que nos ofrece de entender hasta qué punto se mantiene como una memoria muy viva en nuestra sociedad. Para entender, a través de ella, lo que es nuestra identidad nacional.”
Del rancho a la capital… puede ser apreciada en dos salas del Museo del Estanquillo; una de ellas está dedicada a mostrar la relación de Monsiváis con el cine rural, en la que se proponen como ejemplos de la admiración que sentía películas como La oveja negra y Enamorada.
Bonfil comentó al respecto que en esta sección decidió que era importante señalar algunos momentos emblemáticos de sus películas predilectas, como la pasión amorosa o el melodrama familiar.
“En los materiales conservados por Carlos, encontramos una recurrencia de fotografías de Enamorada y de La oveja negra; de haber encontrado mayor número de fotografías de otras películas habríamos organizado todo de una manera diferente esta sección”.
En otra sala del Museo, las piezas están dedicadas a mostrar la parte urbana, las vecindades y barrios, con personajes que marcaron el desarrollo del imaginario popular; elementos que fueron leídos de manera muy acertada por Monsiváis, y que para Bonfil constituyeron otro de los aspectos que la muestra debía destacar.
“El placer que sentía Carlos al ser capitalino lo llevó a recorrer todos los ámbitos de esta urbe, iba lo mismo de la Lagunilla al California Dancing Club, o bien, de ahí se pasaba a diferentes barrios de la ciudad; así que para esta exposición, esa amplia diversidad representó un verdadero reto, pues fue muy difícil lograr contener en una cuantas piezas todas las cosas que él admiraba”.
En este caso, las película emblemáticas son Esquina bajan, Nosotros los pobres y El rey del barrio.
“A fin de cuentas –continuó Bonfil-, la exposición sí lograr crear una imagen al menos clara de todos los diferentes intereses que tenía Carlos Monsiváis sobre el cine de la Época de Oro, al que admiraba porque contenía las raíces de la sociedad mexicana.
“Fenómenos taquilleros como Nosotros los pobres, que estuvo muchas semanas en el cine Colonial, fue entendido por Monsiváis como un ejemplo de esas ideas, pues la gente se reconocía en los personajes emblemáticos que aparecían en ella, como el carpintero o La Chorreada; esas historias surtieron de mitologías populares a la gente y eso era lo que le interesaba a Carlos como materia de reflexión”.
Las piezas reunidas en Del rancho a la capital… forman parte de las colecciones de Carlos Monsiváis pero también se incluyen imágenes provenientes de la Fototeca Nacional de Pachuca y carteles de la Filmoteca de la UNAM, así como de la colección de Josep Renau –prestadas por su hijo, Carlos Renau–, quien fue uno de los creadores de carteles más importantes en México, a mediados del siglo XX.
La muestra puede ser visitada en el Museo del Estanquillo, ubicado en Isabel La Católica 26, esquina Madero, en el Centro Histórico de la ciudad de México.