
José Fernández Santillán
La semana pasada fue pródiga en acontecimientos políticos. Entre ellos destacan: la reunión, el 28 de mayo, de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República con el movimiento encabezado por el poeta Javier Sicilia; la revelación hecha por El Universal (30 de mayo) de que en la casa de Luis Creel hubo una cena (24 de mayo) a la que acudieron, entre otros, el estratega uruguayo Luis Costa Bonino, Luis Mandoki y Adolfo Hellmund, con el propósito de recaudar 6 millones de dólares para asegurar el “triunfo” de López Obrador; la asamblea del M-132 que reunió, el 30 de mayo, en Ciudad Universitaria a estudiantes de 54 instituciones de educación superior, y la encuesta de “Reforma” (31 de mayo) que reporta una diferencia de cuatro puntos entre el tabasqueño y Enrique Peña Nieto. Vale la pena comentar cada uno de estos hechos.
En primer lugar, salta a la vista la presencia de la sociedad civil en el proceso electoral en curso. Muestra de ello es la mencionada reunión que se llevó a cabo en el alcázar del Castillo de Chapultepec. Allí, Sicilia, acompañado de familiares de las víctimas de la guerra contra el narcotráfico, dio una reprimenda a cada uno de los candidatos y les presentó una agenda de cuatro puntos que debería adoptar el ganador de la contienda: justicia para las víctimas de la violencia; cambio en la estrategia de seguridad; combate al lavado de dinero, y tener una democracia participativa así como la democratización de los medios de comunicación. Ciertamente el Movimiento de Sicilia se ha convertido en un actor privilegiado. No obstante, lo que deberá hacer el próximo mandatario es elaborar una estrategia ampliada de interacción con las organizaciones y movimientos sociales.
Respecto al charolazo, debemos decir que la campaña de AMLO se había visto, hasta ahora, libre de escándalos. La cena en casa de Creel arroja una sombra de duda sobre la honestidad de la que había presumido el “Peje” en sus actos de campaña.
De la asamblea estudiantil salió el resolutivo de pedir juicio político en contra de Felipe Calderón, Elba Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto. Cosa curiosa: fue la primera vez que el M-132 hizo mención del político michoacano. Me parece que los jóvenes agrupados en este movimiento no podrán hacer a menos de un balance general del gobierno calderonista.
Por último, la encuesta de “Reforma” produjo, como era de esperarse, júbilo entre las izquierdas y reticencia entre priístas y panistas. Y es que, esos números salen de rango en comparación con otros ejercicios de demoscopia que dan mayor ventaja a Peña sobre AMLO. La de “Reforma” recuerda a aquella otra encuesta mencionada por Calderón el 23 de febrero ante consejeros de Banamex que situaba, coincidentemente, a cuatro puntos a Josefina de Peña Nieto. Pocos le dieron crédito.
Sea como fuere, quedan pocos días. Esta competencia se ha convertido en una carrera contra el tiempo. La siguiente y última aduana es el segundo debate entre los candidatos presidenciales que tendrá lugar próximo domingo. Allí se juegan, de verdad, el todo por el todo.