Con un emotivo recital de canciones infantiles, la cantante Cecilia Toussaint participó en el Segundo Festival de Soles y Estrellas, donde cautivó con los temas que han acompañado a generaciones de niños.
El concierto comenzó con Toussaint en papel de narradora quien dramatizó, acompañada de marionetas, el cuento El muñequito de trapo y las peripecias que pasa este personaje que estaba en este mundo para divertir a los niños.
La cantante señaló que narra este cuento con el objetivo de promover la lectura en México, ya que un país lector tendrá menos violencia. De ahí, continuó con todo un festín de temas musicales, donde dio muestras del variado registro de su voz.
Acompañada por Pepe Morán en el piano, Cecilia Toussaint interpretó para deleite de niños y no tan niños, canciones emblemáticas como Duérmete mi niño y El comal y la olla, de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri.
Tras agradecer al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a Alas y Raíces y a su coordinadora, Susana Ríos, la invitación para participar en el segundo Festival Soles y Estrellas, la cantante recordó que este espectáculo nació, “no para rescatar, sino para preservar las canciones que nos han acompañado a lo largo de la vida”.
Y es que, dijo, se trata de temas infantiles compuestos desde 1850 a la fecha, algunos de los cuales los niños ya conocían o reconocían, mientras que los papas, los recordaron.
Aderezadas con bailes que estuvieron a cargo de Cristopher de la Cabada y María Cortés o bien, con un video animado hecho por Paul Leduc, la cantante interpretó la historia de El piojo y la pulga, a ritmo de blues, y El teléfono también del célebre Grillito Cantor, que cuenta la historia de Doña Zorra y sus peripecias con el teléfono que no para de sonar, pusieron el toque gracioso.
Luego siguió el tema de La calandria, compuesto en el siglo XIX y el cual habla de la triste historia de un gorrión que, enamorado de una calandria la libera de su jaula de oro y él queda presó en ella.
El concierto continuó con canciones como aquella que dice “conga, conga, rumba, retumba, baila mambo el esqueleto” y que puso el ritmo entre los asistentes, mientras que El ratón vaquero, fue una delicia para niños y no tan niños, y ampliamente acompañada con las palmas.
Para las abuelas, Cecilia Toussaint dedicó la típica Di por qué de Cri-Cri y para terminar interpretó La canción de la rana, en la que invitó al público a participar con movimientos de manos.
El encore no se hizo esperar, para lo cual Cecilia Toussaint cantó A la rorro niño y finalmente, el concierto concluyó con un baile improvisado, donde invitó a algunos pequeños a subir al escenario, mientras que los padres, desde sus lugares, siguieron el ritmo de ¿Qué son tantos y tantitos, los ratoncitos?