Celeste Atayde Canestrelli señala orgullosa que a pesar de los avances tecnológicos, de la competencia desleal y la falta de apoyos, el Circo Atayde sobrevive llevando alegrías y emociones al público de todas las edades.
Con honestidad comenta que cada día que es una ardua tarea atraer a la audiencia dado los avances tecnológicos, pues ya no es tan fácil sorprender al público.
En entrevista con Notimex, Celeste Atayde cuenta que a pesar de esos obstáculos, el Circo logra su propósito de llevar como desde hace 125 años entretenimiento sano y despertar con su magia la imaginación de chicos y grandes.
Asimismo, relata que hace poco un hombre de 82 años llegó al circo acompañando a sus hijos, sus nietos, además de sus bisnietos y apenas comenzó la función ya sentado en la butaca lloraba de la emoción ante la infinidad de recuerdos que invadieron su corazón.
«Me dijo que revivió el momento en que siendo niño, sus padres lo llevaron a ver el espectáculo en su pueblo. Cuando soy testigo de situaciones como ésta, es cuando pienso que pese a todo lo negativo tenemos que seguir adelante uniendo a las familias con alegría y maravillando a chicos y grandes con nuestra magia», aseguró Celeste Atayde Canestrelli.
En un mundo de grandes avances tecnológicos y en el que cada día es más difícil sorprender al público, el Circo Atayde Hermanos lo consigue función tras función en México, desde hace 125 años.
Ofrece dos horas de diversión a través de diversas disciplinas de altura, emoción a raudales, actos de peligro, risas, doma de animales, magia, contorsionismo y acrobacia, entre otras, con el fiel propósito de asombrar a la gente y entretener sanamente a la familia.
La primera función que dio el Circo Atayde Hermanos fue el 26 de agosto de 1888 en Mazatlán, Sinaloa. En aquel entonces, la gente se sentaba en gradas de madera, el maquillaje del payaso era muy cargado y los trapecistas tenían un vestuario de mallas con calzoncillo tipo «Superman».
A fines del siglo XIX, el circo anunciaba entre sus atracciones, la luz eléctrica. Antes la carpa se alumbraba con hachones (cirios gruesos), en lonas inflamables y ahora son de plástico y para impermeabilizarla usaban parafina. Tenían, además música en vivo, hoy se utilizan grabaciones.
«Cuando mi bisabuelo Aurelio Atayde era niño, se metía a escondidas al circo de Zacatecas, donde residía, pues le encantaba esa manera de vivir, hasta que un día le dijo a sus hermanos que se escaparan con el circo itinerante, pero los cacharon.
«Después decidieron ensayar por sí solos diversos actos y cuando sintieron que eran capaces de presentar algo formal, lo hablaron con su papá para expresarle su anhelo de ser artistas. Trabajaron en otros circos y después abrieron su propia compañía», recordó Atayde Canestrelli.
La también directora de Mercadotecnia y Producción, así como artista del espectáculo, platicó que la celebración de los 125 años comenzó en julio pasado y considera que de no ofrecer una producción de calidad, no hubieran llegado a cumplir esta trayectoria.
En la actualidad, el Circo Atayde se presenta en la Carpa Astros de la Calzada de Tlalpan, de la Ciudad de México, y siempre se ha preocupado por ofrecer al espectador «shows» variados y diferentes con la participación de artistas de talla internacional.
Lo hacen a fin de mantenerse a la vanguardia, sobre todo ahora que llegan diferentes conceptos del Cirque du Soleil a México y que por ser extranjeros llaman mucho la atención.
«Nosotros presentamos los mismos atractivos, al igual que efectos especiales en iluminación y audio, pero tampoco estamos buscando el hilo negro, ya todo ha existido desde muchos siglos atrás, lo único distinto es la manera en que cada quien lo presenta», apuntó.
Lejos de ver al Cirque du Soleil como una fuerte competencia, Celeste prefiere agradecerle que haya provocado de nueva cuenta la fascinación por el arte circense y aunque existan más y más espectáculos de ese tipo, ella considera que la tradición Atayde siempre es sinónimo de buen circo.
«Nuestro público ha crecido con nosotros y cada generación es leal, tan sólo porque alguna vez vinieron con el abuelo o con el papá y a su vez, el mismo niño se convirtió en papá y trajo a su propia familia, es una gran satisfacción y motivo de infinito agradecimiento», destacó la joven que pertenece a la cuarta generación familiar.
En 1927 los hermanos Aurelio, Patricia y Andrés Atayde Arteche triunfaron en las pistas de Francia, España, Portugal y Alemania presentando por primera vez un acto acrobático de barras. Volaron desde la primera hasta la tercera, ejecutando dos vueltas y media en el aire, con el cual Andrés figura en el Libro Guinness de Récords y nadie más ha superado la cifra.
«Ojalá nuestros hijos se interesen en hacerlo», comentó Celeste, quien monta los elefantes y también madre de dos hijos, una de 14 años y otro de ocho. A éste último le gusta el malabarismo y quiere dedicarse ciento por ciento a esta carrera.
El programa actual del Circo Atayde Hermanos, que hace varios años fue el escenario donde se filmó una película de «Cepillín», está integrado por la Troupe Nexus de argentinos, quienes realizan un acto de donde salen disparados hacia una tela haciendo acrobacias en el aire.
El grado de dificultad es máximo porque la altura es muy alta. El otro acto son básculas gimnásticas en las que de nuevo hacen acrobacias hacia una colchoneta; también está el payaso Paquín Jr., quien se encarga de hacer reír entre cada acto y Héctor Frías, que hace a un borrachito que interrumpe la función.
«También está el acto mixto de camello, llamas y pony; el de los caballos en libertad, que presenta mi padre, Alberto Atayde, de 72 años y el de los elefantes de la India, dos hembras que han estado con nosotros por más de 60 años, entre otros».
En ese renglón, se expresó en contra de la polémica sobre que en los circos se maltrata a los animales. «Falta mucha comunicación e información al respecto. Las autoridades tienen un gran desconocimiento de la vida del circo y no nos han hecho partícipes en las decisiones que nos afectan.
«De manera reiterada invitamos a grupos en pro de los animales a que vengan y conozcan las instalaciones donde viven, así como la manera de su entrenamiento, su alimentación y el trato fuera de la pista para que vean que cumplimos con todas las normas que Semarnat nos solicita».
Desafortunadamente, añade, no existe acercamiento ni diálogo con ellos, de modo que es más fácil creer en los rumores que investigar. «El que nada debe, nada teme. La apertura existe, pero ellos no nos escuchan y prefieren cerrar carpas, lo cual no está bien porque somos una fuente de trabajo para muchas familias», sostuvo.
Otro problema al que se enfrenta el Circo Atayde Hermanos es la «piratería». Las legislaciones no son lo suficientemente rigurosas para buscar defender y como normalmente esos circos son itinerantes, resulta difícil atrapar a los infractores.
«El sol sale para todos, siempre y cuando la competencia sea leal, estemos regidos bajo las mismas leyes y nos apoyemos en momentos de crisis», subrayó. La casa matriz del Atayde se encuentra localizada a unos pasos de la estación del metro Villa de Cortés de la capital mexicana.
Unas 150 personas laboran actualmente en la carpa, es una nómina alta, alcanza para pagarla, pero no cuentan con apoyos externos de patrocinios o subsidios por parte del gobierno, lo cual considera, urge corregir para crear un desarrollo y nuevas fuentes de trabajo.
«De ahí que cada uno vemos por nuestros propios intereses y tratamos de hacer lo mejor posible con lo que tenemos», apuntó la artista, que junto con los directivos recién recibió el premio Palmas de Oro a la Excelencia Profesional, que otorga El Círculo Nacional de Periodistas.
En 2011, el Circo Atayde Hermanos recibió un reconocimiento por más de 100 años de existencia de manos del ex presidente de México, Felipe Calderón. En 2010 obtuvo el premio Lunas del Auditorio compitiendo con Cirque du Soleil y Slava´s Snowshow.
Subrayó que José José, Timbiriche, OV7, Anahí, Agustín Lara, Mario Moreno «Cantinflas», Jorge Negrete y Pedro Infante son algunas de las figuras que presentaron su «show» en el Circo Atayde Hermanos, lugar que, asegura, les daba personalidad y contribuía para despuntar su popularidad.
La actual temporada que se presenta en la Carpa Astros es con motivo de los 125 años, y cerrará en diciembre próximo con un espectáculo especial.
Anhelan que el destacado compositor e intérprete Armando Manzanero apadrine la develación de la placa conmemorativa. Actualmente, los hermanos Andrés, Alberto y Alfredo Atayde Guzmán, son los directores de la empresa y quienes pertenecen a la tercera generación de la familia.
INF./GRUPO FÓRMULA/NOTIMEX