Símbolo de la Roma imperial, el anfiteatro de 1.900 años de antigüedad invoca la memoria del pasado.
Testigo de sangrientos duelos entre gladiadores, de luchas a muerte con bestias salvajes y de batallas navales simuladas, su inauguración duró 100 días y en ella participó todo el pueblo romano.
El paso del tiempo, los terremotos y el expolio le pasaron factura, pero el Coliseo continúa siendo un icono de la Ciudad Eterna.
En esta fotografía de larga exposición, tomada en los años setenta, los automóviles en hora punta crean estelas de luz.