Combate al narcotráfico, doble moral capitalista y comunista

Hijo de los padres de la mentira, el capitalismo explotador tiene como espíritu la doble moral y el doble discurso de las iglesias protestantes. Mesianismo y maniqueísmo, alimentan su religión.
Lo mismo ocurre con las diversas modalidades del marxismo-leninismo, engendro bastardo de los hijos del Diablo y padres de la mentira. Fanatismo y fundamentalismo, es su alimento milenario.
Aun cuando simulan ser enemigos a muerte, en realidad, en el fondo, uno y otro son cómplices. Ambos promueven hoy en día la imposición del «Novus Ordo Seclorum», el Nuevo Orden Mundial.
El capitalismo esclaviza al hombre, económica y financieramente. El comunismo liquida la libertad.
Desobedeciendo abierta y francamente las enseñanzas de Jehová han convertido al Becerro de Oro en su Dios. Y los adoradores de éste no tienen, en consecuencia, ni Dios ni Patria, ni madre.
El ejemplo más claro y concreto es el racismo y xenofobia de los WASP norteamericanos (White, Anglo-Saxon and Protestant) acrónimo o siglas en inglés de «blanco, anglosajón y protestante».
Es el grupo social cerrado de estadounidenses de elevada posición social que conforman el establishment, descendientes de británicos y de religión protestante, que hoy encabeza Trump.
Detentan el poder social y económico en Estados Unidos, y son los estadounidenses blancos que defienden valores tradicionales y rechazan cualquier etnia, nacionalidad o cultura ajena a la suya.
Son finalmente quienes con el apoyo del estratega Steve Bannon, después de 30 lograron imponer en la Casa Blanca al evasor de impuestos Donald Trump, descendiente de inmigrantes irlandeses.
Ninguna expresión pinta mejor de cuerpo entero la hipócrita doble moral y doble discurso de los WASP que la frase: «Puede ser que Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta».
Frecuentemente se le atribuye al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt. En realidad, la frase dicha durante la guerra fría pertenece a Cordell Hull, secretario de Estado de Roosevelt.
El análisis de la sentencia cordelliana, no es más que reflejo de la hipocresía de las iglesias protestantes. Un ejemplo es el narcotráfico en Latinoamérica al que se mide con doble moral.
Capitalismo y comunismo satanizan y convierten en perros del mal a los capos que no sus socios o no son controlados por el imperialismo yanqui o por la narcoguerrilla para asaltar el poder.
La anterior frase respecto del dictador nicaragüense Anastasio Somoza es muy ilustrativa acerca del narco: «Pueden ser que los capos sean unos hijos de puta, pero son nuestros hijos de puta».
La verdadera razón por la que Estados Unidos combatió a Pablo Escobar hasta que se suicidó, fue nunca asociarse a los narcofinancieros de Wall Street y dar un sentido nacionalista al narco.
Escobar estaba convencido que el enemigo público número uno del mundo, no solo el policía, es Estados Unidos. Por ello impuso el Plan Colombia como años después lo hizo con el Pan Mérida.
A partir del populista Luis Echeverría, el frívolo garañón José López Portillo y el güevos tibios de Miguel de la Madrid, los presidentes de México, son cómplices y títeres del imperio en el narco.
Pero especialmente lo han sido Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Con la anuencia norteamericana cada uno de ellos ha tenido su cártel sexenal.
Fox es promotor del empresario Jamen Shively, fundador de la primera marca comercial de marihuana de EEUU, y asesor y embajador de la compañía canadiense de cannabis Khiron.
Al final de los gobiernos, los capi di tutti capi han sido traicionados. Lo fue Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, a partir de los años 80, por De la Madrid.
El panista Felipe Calderón Hinojosa y el priista Enrique Peña Nieto traicionaron a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, El Chapo Guzmán, a pesar de financiar las campañas del PRIAN.
Mucho tiene que explicar a los mexicanos Genaro García Luna, operador político-financiero de Calderón con los capos del narcotráfico y ejecutor de la estúpida guerra contra el narco.
Desde el extranjero Rafael Caro Quintero y El Chapo Guzmán prestarían un gran servicio a México si denunciaran, a través de la publicación de sus memorias, la lista de narcopolíticos mexicanos.
No tiene desperdicio la nota de The Huffington Post México sobre el inminente negocio de las multinacionales «De la chela a la mota: los dueños de la cerveza Corona apuestan por la cannabis».
“La empresa de cervezas y licores Constellation Brands, dueña de marcas como Corona y Modelo, anunció una inversión de 4 mil millones de dólares en productos hechos con marihuana”.
“La compañía estadounidense anunció que expandirá su imperio de bebidas: pasará de la chela a la mota, y hará una inversión de 4 mil millones de dólares en el grupo canadiense Canopy Growth, especializado en la creación y desarrollo de productos a base de cannabis, es decir, marihuana”.
“La inversión es “la más grande hasta la fecha en el mundo del cannabis”, comunicaron ambas compañías, y ocurre justo en un momento de cambio mundial: 30 países persiguen la marihuana medicinal como una alternativa para frenar la violencia de los cárteles de las drogas”.
“Al mismo tiempo dichas multinacionales ven a la marihuana como un refuerzo en sus sistemas de salud pública, debilitados por enfermedades crónicas y degenerativas”.
“A la par de la lucha internacional por despenalizar el uso médico de la marihuana, nuevos mercados se preparan para lo que parece inminente: la apertura a la cannabis recreativa”.
“La inversión aumenta significativamente la participación del 9,9 por ciento en Canopy Growth adquirida por Constellation en octubre de 2017. Ahora, ese porcentaje ronda el 38 por ciento de las acciones de la empresa que fue fundada en 2013, tiene presencia en 11 países y este año comenzó a cotizar en la Bolsa de Valores de Nueva York”.
“Durante el año pasado, hemos llegado a comprender mejor el mercado del cannabis, la tremenda oportunidad de crecimiento que presenta, y las capacidades líderes del mercado de Canopy en este ámbito”, dijo Rob Sands, director ejecutivo de Constellation.
“Este no es el primer movimiento de cerveceras para expandir su imperio hacia la marihuana: a principios de este mes, el gigante cervecero Molson Coors anunció su asociación con el productor canadiense de marihuana medicinal The Hydropothecary Corporation para desarrollar bebidas no alcohólicas con infusión de cannabis”.

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