El presidente estadounidense, Donald Trump, está decidido a imponer el arancel de 5 por ciento que ha amenazado contra las importaciones mexicanas y lo ve como una manera de ayudar a financiar la construcción del muro fronterizo que prometió durante su campaña, aseguraron este viernes personas familiarizadas con el asunto.
Trump planea plantear el movimiento como si obligara a México a pagar por el muro, parte de sus promesas de campaña de 2016, asegura una de las persona, quien habló bajo condición de anonimato.
Si bien el mandatario estadounidense ha argumentado repetidamente que los países que penaliza son los que cargan con el costo de los aranceles, los importadores de EU pagan los impuestos, y algo de eso pasa a los consumidores en forma de precios más altos.
La medida, preparada por un pequeño grupo dentro de la Casa Blanca y mantenida en secreto, ha avivado las divisiones entre altos funcionarios, dijeron dos personas familiarizadas con el asunto.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, estuvo entre los que se opusieron con fuerza a la decisión debido a preocupaciones de que condenaría el acuerdo comercial T-MEC con México y Canadá, el cual debe ser aprobado por las legislaturas de los países.
Lighthizer apoya al presidente y lo que está haciendo, incluido el trabajo con el Congreso para obtener apoyo bipartidista para la aprobación del nuevo pacto comercial, explicó el portavoz de la Oficina del Representante de Comercio, Jeff Emerson, en una respuesta por correo electrónico a una solicitud de comentarios.
El anuncio de Trump a última hora del jueves fue la última expansión de sus guerras comerciales.
Se produjo días después de que eliminara los aranceles sobre el acero mexicano que habían provocado represalias contra los productos agrícolas estadounidenses. Reunió dos temas clave, el comercio y la inmigración, a medida que acelera su campaña para la reelección en 2020.
Tori Whiting, economista comercial de The Heritage Foundation, un centro de estudios conservador, asegura que los aranceles son un impuesto para los consumidores estadounidenses sobre todo, desde aguacates hasta partes de automóviles.
Los gravámenes perjudicarán los esfuerzos para abordar los problemas en la frontera y debilitarán aún más las posibilidades de ratificar el T-MEC, dice.
Si bien ambos países deberían tomar medidas para combatir la inmigración ilegal, «no podemos hacer eso cuando México está mirando el cañón de una pistola arancelaria».
Pero este viernes, Trump mostró los aranceles como una forma de hacer que la industria manufacturera regrese al territorio estadounidense, y dijo que las empresas abandonarán México y se trasladarán a EU.
El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió que se resuelva el problema «con diálogo». México es, con diferencia, la fuente más grande de importaciones de automóviles en Estados Unidos, y los aranceles sobre los bienes de allí aumentarían los costos para muchos de los principales fabricantes.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, se dirige a Washington para conversaciones con el fin de resolver la disputa comercial.
Escribió en Twitter que se reuniría el miércoles con el secretario de Estado, Michael Pompeo, y que había hablado tanto con Pompeo como con Jared Kushner, asesor de la Casa Blanca y yerno de Trump.
La solicitud de fondos para el muro del mandatario estadounidense ha sido repetidamente rechazada por el Congreso, y su administración solo ha asegurado una parte de los 8 mil millones de dólares que desea.
El Congreso acordó proporcionar solo mil 400 millones de dólares para barreras físicas, mientras que la administración quiere utilizar una declaración de emergencia para redirigir 3 mil 500 millones de dólares en fondos de proyectos de construcción militares y aprovechar otras fuentes de financiamiento.