Contaba Gordillo con “recursos ilimitados” para conseguir sus objetivos

Elba Esther Gordillo contaba con “recursos ilimitados” para conseguir sus objetivos políticos , debido al apoyo que recibía del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), aún cuando apenas era su secretaria de Finanzas entre 1983 y 1986, revela un informe de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS).

“Los recursos económicos y humanos con que pueda contar son ilimitados, debido a que todo el apoyo que recibe proviene del SNTE. Cuenta con hábil manejo de Asambleas (testado) dentro de su gremio”, detalla el informe. El expediente negro de la maestra que va de 1977 a 1985, al cual MILENIO tuvo acceso, también describe su personalidad la cual asegura “se caracteriza por ser una persona déspota y antipática”.

Habla de ella como una mujer que cuenta con “arraigo”, luego de asegurar que “sus estudios y toda su actividad política la ha desarrollado en el Distrito Federal”. El agente encargado de elaborar el perfil de la lideresa magisterial aseguró en el documento presentado a sus superiores que Elba Esther contaba con la experiencia electoral suficiente y describió su manejo de campañas como “bueno”, a pesar de no haber desempeñado ningún cargo de elección popular en ese momento.

Menciona su participación en diversas campañas para diputados y en la campaña que llevó a Miguel de la Madrid a la presidencia en 1982.

Además explica que cuenta con “capacidad política y de negociación en el manejo de grupos del sector magisterial, sin embargo lo ejerce siguiendo directrices del CEN del SNTE”. Su capacidad de operación política también llegaba a las filas Revolucionario Institucional , de acuerdo con el texto, “además tiene manejo de grupos al interior del PRI”.

De acuerdo con el espionaje contenido en las versiones públicas que son resguardadas en el Palacio Negro de Lecumberri, por personal del Archivo General de la Nación, no siempre tuvo filiación priista. Se explica que en los inicios en de su actividad política, simpatizaba con el Movimiento Revolucionario Magisterial (MRM), un grupo disidente de la SNTE.

De acuerdo con los agentes mantenía “estrechas relaciones” con Carlos Jongitud Barrios, entonces gobernador de San Luis Potosí y secretario general del SNTE de 1974 a 1989, a quien le coordinó la campaña para su escaño en el Senado en 1976. También se le relacionaba con el entonces senador e integrante de la cúpula magisterial, Alberto Miranda Castro, así como con “funcionarios del PRI dada su posición dentro del partido”.

En el momento en el que se perfiló a la maestra, los espías al servicio del Estado mexicano aseguraban que las aspiraciones de la joven política, se centraban en “obtener la secretaría General del CEN del SNTE, así como la diputación federal y posteriormente una senaduría”.

Se esperaba que su perspectiva política sería halagüeña, pues de ser postulada, “sería buen candidato y posteriormente buen diputado, debido a sus cualidades y oficio político con que se desenvuelve”. Se le describía como una mujer con “capacidad de oratoria, debido a que lee claramente sus discursos y son amenos. Improvisa bien y sus principales referencias las hace en relación al Movimiento 22 de Septiembre”.

En otros informes se detallan sus reuniones con políticos para tratar temas magisteriales, como la llevada a cabo con el entonces titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Porfirio Muñoz Ledo, en 1977, para tratar agresiones de las que eran víctimas docentes tanto de la Escuela Nacional de Maestros como en el IPN y otros planteles educativos. En los reportes de inteligencia, algunos realizados, de manera personal por el entonces titular de la DFS, Javier García Paniagua, se da cuenta de encuentros de Elba Esther con otros políticos como José López Portillo, Jesús Reyes Heroles, Fidel Velázquez, Carlos Hank González, Joaquín Gamboa Pascoe.

Ya sea de manera privada o en eventos públicos.

MOVIMIENTO 22 DE SEPTIEMBRE Un informe elaborado por el entonces titular de la DFS, Miguel Nazar Haro, pero que no lleva su rúbrica, da cuenta de una reunión de integrantes del “Movimiento Reivindicador 22 de Septiembre” y el entonces presidente de México, José López Portillo. El encuentro llevado a cabo el 21 de septiembre de 1980, en la residencia oficial de Los Pinos, sirvió para que el movimiento encabezado por el líder magisterial y gobernador de San Luis Potosí, Carlos Jongitud Barrios, presentara sus conclusiones sobre el VIII Congreso Internacional de Educadores de Pueblos en Vía de Desarrollo, de acuerdo con el texto.

De acuerdo con el reporte de inteligencia los docentes presentes, incluida la propia Elba Esther, “coincidieron en indicar que todos los integrantes del SNTE apoyan la política internacional del Primer Mandatario de la Nación, que es un derecho y sin restricción, la de observación y no intervención en los conflictos de los países del mundo”.

Los profesores de dijeron “fuertemente comprometidos” con López Portillo, para “obtener mejores sistemas educativos, sueldos a maestros, medios de vida, social y económicos, así como incrementar la ideología para acelerar el crecimiento de la producción alimentaria”.

milenio.