Los senadores de la República de las Comisiones Unidas pusieron pretextos para avalar la minuta de reforma constitucional para eliminar el fuero a todos los servidores públicos, incluido el Presidente de México, que la Cámara de Diputados –la de origen—aprobó recientemente.
Hubo desacuerdos al interior de los grupos parlamentarios del PRI y del PAN, por lo cual las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, Gobernación, Justicia, de Reforma del Estado y la de Estudios Legislativos acordaron crear un “grupo técnico revisor”, para que presente una nueva propuesta.
Ja. ¿Cuándo? Si ya el lunes termina el último periodo ordinario de sesiones de la actual Legislatura del Congreso de la Unión (ambas Cámaras).
Como se suele decirse: “Era demasiado bello para se verdad”, salvo que los senadores tengan la buena voluntad de hacerle el favor al pueblo mexicano de hacer realidad su añejo reclamo de terminar con la inmunidad y la impunidad de los servidores públicos y representantes populares.
¡Los mexicanos están hartos, hartos, hartos!
Las Comisiones Unidas se instalaron en sesión permanente en espera de una propuesta con una redacción que precise los alcances de la reforma constitucional, por ejemplo, en cuanto al Presidente de la República, pues dejar abierta la posibilidad de juzgarlo por cualquier delito daría pie a que se los inventen y se ponga en riesgo la gobernabilidad.
En parte tienen razón. Pero el riesgo se neutraliza siguiendo el debido proceso.
Y los diputados federales seguramente midieron los pros y los contras para evitar el quebranto de la gobernabilidad.
Además, como bien dijeron algunos senadores: Lo importante es dar el primer paso avalando la reforma constitucional, considerando que toda norma es perfectible.
Sin embargo, la mayoría de los senadores no quieren eliminar el fuero; figura mediante la cual se han cobijado servidores públicos y legisladores para cometer verdaderos atracos al dinero público y toda clase de tropelías en contra de pueblo mexicano.
Una nueva propuesta, otra redacción, implica modificar la reforma constitucional en los términos aprobados por la Cámara de Diputados, pero los senadores dicen que no; que solamente tomarán en cuenta observaciones para corregir deficiencias, respetando la esencia de la minuta de la Cámara Baja.
Ojalá. Caso contrario, tendría que regresarse a la Cámara de Origen cuando ya no hay tiempo. Y quien sabe si la próxima Legislatura tenga el ánimo de concretar la eliminación del fuero constitucional.
Así que la eliminación del fuero está a punto de abortar, salvo que el lunes los senadores avalen la reforma.
La reforma contempla modificar los artículos 17, 61, 74, 108, 110, 111, 112 y 114 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para proceder penalmente en contra del Presidente de la República, senadores, diputados, ministros y todo servidor público.
En el 108 se plantea eliminar que el “El Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común”.
Y se establece que las constituciones estatales no deberán establecer prerrogativas o tratos especiales para los funcionarios estatales y municipales, cuando incurran en cualquier tipo de responsabilidad o en la probable comisión de delitos.
Hay un precepto, en el cual la reforma estipula que cuando un juez determine la vinculación a proceso a alguno de los servidores públicos, se le podrá imponer cualesquiera de las medidas cautelares que señale el Código Nacional de Procedimientos Penales, salvo la prisión preventiva y la suspensión temporal en el ejercicio del cargo, hasta en tanto no se dicte sentencia condenatoria o bien termine el periodo para el cual fue electo o nombrado.
Ahí está, con ese precepto se salva la gobernabilidad cuando el imputado sea el Presidente de la República.
Lo que sí, los demás servidores públicos y representantes populares deben ser tratados igual que cualquier ciudadano, porque excluirlos de la prisión preventiva y de la suspensión temporal del cargo, es un privilegio, que incluso se asimila a tener fuero.
O todos coludos o todos rabones.
Ciertamente, la reforma constitucional tiene deficiencias aún. Pero lo importante es dar el primer paso.
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