Después de once años los mexicanos nos venimos a enterar de que en el 2006 el panista Felipe Calderón Hinojosa le robó la Presidencia de México a Andrés Manuel López Obrador. Y nos enteramos por boca del ex dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira Valdés.
¿Qué dirá a todo esto Mariano Palacios Alcocer? Pues en aquél año, éste era el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Revolucionario Institucional; estuvo al frente del partido del 2005 al 2007.
En el 2006, Humberto Moreira era Gobernador de Coahuila con apenas un año en el cargo. Y según sus reveladoras expresiones, Felipe Calderón hizo diversos ofrecimientos a mandatarios estatales para firmar una carta de respaldo.
Palabras más, palabras menos Moreira dijo: “Que no se haga tarugo, Calderón se robó la Presidencia, se la robó a Andrés Manuel López Obrador en 2006, y yo no firmé aquella carta obsequiosa, nadie de ustedes lo sabía, pero ahí está la carta, ahí está en los archivos, en la hemeroteca; firmaron otros, yo nunca acepté que ese señor fuera el presidente”.
De ser cierta tal revelación, en el 2006 se habría cometido el más grave atentado en contra de la voluntad popular, perpetrado por los panistas…¿con ayuda de los priistas? Caray, pareciera que el tiempo le está dando la razón a AMLO cuando acusa haber sido víctima de fraude electoral.
¿O lo dicho por Moreira obedece solo a su imaginación en un arranque emoción violenta por los ataques verbales de Felipe Calderón, ex Presidente de México?
Pues más valiera, porque las acusaciones mutuas tienen graves implicaciones y ambos merecerían entonces no solamente el repudio nacional, sino quedar sujetos a investigaciones penales. Sus expresiones revelan diversas conductas contrarias a la ley. Aunque varias de ellas no están tipificadas y en otras ya hasta prescribió la acción penal.
Hasta al entonces Instituto Federal Electoral (IFE) le podría salpicar el lodo inmerso en las revelaciones de Moreira, en caso de ser ciertas. ¿La autoridad electoral tuvo conocimiento del robo de la elección? ¿Cómo fue, dónde, a qué hora?
Por cierto, los resultados de las elecciones presidenciales del 2006 fueron los siguientes aproximadamente entre los tres principales competidores: El candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, obtuvo 15,000,284 votos, los cuales representaron el 35.60% del total de la votación; el abanderado de la coalición “Por el bien de todos” (PRD-PT-Convergencia), Andrés Manuel López Obrador, obtuvo 14,756,350, equivalente al 35.3% de la votación; y el candidato de la “Alianza por México (PRI-PVEM), Roberto Madrazo Pintado, alcanzó 9,301,441, que representaron el 22.26%.
¡Fue muy poca la diferencia entre los votos obtenidos por Felipe Calderón y los alcanzados por López Obrador! Eso según los resultados electorales, los cuales ahora han sido puestos en tela de juicio. Fue una diferencia de apenas el 0.3%, equivalente más o menos a 243 mil 934 votos.
¿Y dónde estuvo la trampa? ¿Cómo pudieron robarse más de 243 mil votos? ¿El PRI se los regaló al PAN? ¿Alguno de los partidos integrantes de la coalición “Por el bien de todos” se vendió a la causa panista? ¿Le metieron mano al sistema de cómputo del entonces IFE? ¿Hubo manipulación de casillas electorales? ¿Cómo fue?
Casos como estos, ponen de manifiesta la importancia de contar y recontar todos y cada uno de los votos para que no quede lugar a dudas sobre quién ganó la elección; recontarlos sin los obstáculos implícitos en las hipótesis legales.
Ya entrados en calor, que Humberto Moreira de una vez haga la revelación completa. Caso contrario, quedará en mero chisme. Pero chisme grave, delicado, porque pone en entredicho a las instituciones mexicanas. Imagínense que todo un sexenio haya gobernado como si nada un presidente espurio, ilegítimo.
Violentar la voluntad popular debería tipificarse como un delito de lesa nación y sin prescripción de la acción penal.
La otra situación grave en los dimes y diretes entre el ex gobernador de Coahuila y Felipe Calderón Hinojosa es cuando éste acusa que en ese estado anidaba la crema y nata del narcotráfico.
Según han dado cuenta diversos medios de comunicación, el panista habría dicho: “Aquí vivía Coss, aquí vivía Lazcano, aquí vivía Miguel Treviño, el Z 40, su hermano el Z 42, cómodamente, y cuando vinieron los Marinos a liberar junto con el Ejército mexicano de ese yugo, el gobernador Humberto Moreira me habló muy indignado para que retirara a los Marinos de Coahuila, que no tenían porque estar aquí porque Coahuila no tenía mar, que los sacara y por supuesto que no lo hicimos”.
Ups. ¡Qué grave! ¿Y por qué el entonces Presidente de México no hizo nada en contra de Moreira? ¿O lo hizo y tampoco se sabe?
Qué grave también que Felipe Calderón Hinojosa rompa el silencio solo con fines electorales, con el ánimo de apoyar la campaña del candidato panista al gobierno de Coahuila, Guillermo Anaya Llamas; entidad donde Humberto Moreira busca ser candidato a diputado por un partido local.
Reza la sabia filosofía popular: “Tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata”. Y las acusaciones mutuas generan la sospecha de que en algún momento ambos personajes pudieron haber llegado a ser cómplices o encubridores de situaciones inconfesables.
Y ahora es mucho el enojo.
Incluso, Moreira comparó a Calderón con Victoriano Huerta: “Igual de borracho, igual de ratero, porque se robó la presidencia; igual de usurpador, igual de hocicón, igual de represor, igual de asesino”.
Imagínese, en manos de quiénes ha estado el país y las entidades federativas.
CALDERÓN, MUY MAL ACTIVISTA ELECTORAL
Felipe Calderón Hinojosa debería retirarse a cuidar a sus nietos. Y si aún no los tiene, que se dedique a la crianza de pollitos o a cualquier cosa, pero que se mantenga ocupado en algo, menos en asuntos político-electorales.
Ya fue Presidente de México y no le bastó. Ahora quiere más poder.
Claro, porque si Coahuila lo gana el PAN vía su candidato, tendrá en esta entidad un coto de poder muy útil para las elecciones presidenciales del 2018, y, por supuesto, para la selección interna del abanderado o de la abanderada panista; candidatura a la cual aspira su esposa Margarita Zavala.
En este contexto, pareciera como si Calderón anduviese en pleno activismo y operación electoral a favor del proyecto 2018. Pero es pésimo, cada vez que habla estropea las cosas. En ocasión anterior, habló sobre la donación de su pensión vitalicia y despertó el enojo de la ciudadanía por la existencia de dicho privilegio.
Y ahora polemizó con el caso Moreira.
ESTROPEA HASTA EL MENSAJE DE RICARDO ANAYA
La actuación de Felipe Calderón Hinojosa y las revelaciones sobre su asunción a la Presidencia de México, ponen en entredicho hasta el mensaje del actual presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, en cuyo spot en medios electrónicos dice:
“Regresó el PRI y México no va por el camino correcto, la economía va mal, la violencia aumenta, la corrupción está peor que nunca. El PRI se tiene que ir… Y la opción tampoco es López Obrador. De él no hay nada nuevo que decir. Sus locuras son y seguirán siendo un peligro para nuestro país… Pero contigo y con el PAN si hay de otra, ten confianza, somos muchos. Si se puede. Ya verás”.
¿Si hay de otra?
***
Correo: rosyrama@hotmail.com