CRÓNICA POLÍTICA: Huachicol, dimensiones desconocidas

Francamente necesitaría ser experta en estrategias de combate al crimen organizado especializado en robo de combustibles, para poder opinar sobre si ha sido acertada o no la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador para contrarrestar este delito conocido como huachicol.

Pero me atrevo a considerar como valiente su decisión de enfrentarlo y combatirlo. Sus tres antecesores no lo hicieron. ¿Por qué? Ese es un gran misterio a descifrar: ¿Temor? ¿Complicidad? ¿Negocio? ¿Ganancias? ¿Negligencia?

No es creíble que ningún ex presidente se haya dado cuenta del robo de combustibles directo desde Pemex o vía ordeña de ductos. ¿Lo sabían y se hicieron de la vista gorda?

En el último sexenio presidencial se habló de la detención de personas con cargamentos de combustible robado; cargamentos pequeños nada comparados con el hurto millonario diario. Como dice la filosofía popular ¿tapaban el ojo al macho?

Mientras el presidente López Obrador de inmediato encaró el problema que se ha convertido en un asunto de seguridad nacional, pues se trata de un delito de ganancias millonarias y, por lo mismo, de daños severos e irreversibles a la Nación.

Incluso, en ese combate el mandatario se juega la vida misma. Los huachicoleros estarán como agua para chocolate por las acciones emprendidas por el nuevo Gobierno Federal que por el momento les impide seguir robando combustibles.

La ciudadanía también está molesta por la falta de gasolina con la consecuencia de la paralización de todo tipo de vehículo de motor.

Cierto, combustible hay, pero no llega a las gasolineras debido a las acciones emprendidas por el presidente López Obrador para frenar el robo y dar con los huachicoleros mayores; o debido a actos de sabotaje por parte de los criminales.

Y ¡aguas! Porque hablar de sabotaje a los ductos de Pemex es hablar de un huachicoleo de dimensiones desconocidas y de riesgos para la seguridad nacional.

Por cierto, recordemos que los diarios han dado cuenta de la existencia de poblaciones completas involucradas en el robo de combustibles, así como en la compra-venta de los mismos.

Y ha crecido la preferencia por la gasolina barata a sabiendas de que es robada, pero prefieren hacerle el caldo gordo a los huachicoleros en vez de comprar la gasolina cara del Gobierno Federal vía Pemex, donde a las pérdidas por el combustible robado se suman aquellas por el desvío de recursos.

Pemex siempre fue la caja chica de los gobiernos.

Por eso nunca alcanzaba el dinero. Y ahí están las razones por las cuales endosan tanto impuesto a los consumidores de los combustibles.

QUE BUSQUE ASESORES Y ESTRATEGAS

En fin, en los últimos días ha sido harto criticable el presidente López Obrador por el combate al robo de combustibles… bueno, mejor dicho, por emplear una mala estrategia para conseguir el objetivo.

Suponemos que el mandatario cuenta con un equipo de asesores avezados en el tema. Pero si por alguna razón no lo tiene, es hora de procurarlo. De ser necesario, debe contratar a personal experto extranjero.

En asuntos de seguridad nacional no caben las medidas de la austeridad republicana. Máxime cuando desde el interior de Pemex es operado el robo de combustible.

¿YA REVISARON EL PADRÓN DE BENEFICIARIOS?

En el grave problema del robo de combustible no solo se benefician quienes cometen el delito, ya sea sustrayéndolo directamente de Pemex u ordeñando ductos, sino también se benefician aquellas personas físicas o molares que lo compran y venden sabiendo la procedencia ilícita.

Las dependencias competentes del Gobierno Federal ¿ya revisaron el padrón de gasolineros? ¿Su compra de combustibles comparada con sus ventas?

Y miren, pululan los representantes populares dueños de cadenas de gasolineras. En cada entidad federativa quizá exista una persona dedicada a la venta de gasolinas que sin ninguna experiencia en política de pronto se convierte en legislador o en munícipe; o a la inversa, tras el cargo se convierten en promitentes gasolineros.

¿Ya hicieron un recorridos por todas las carreteras del país para detectar establecimientos donde venden gasolinas y diesen en bidones?

¿Ya revisaron quienes son los dueños de las pipas transportadoras de combustibles? ¿Ya inspeccionaron donde adquieren gasolinas o diesel las cadenas de auto-transporte?

¿Ya indagaron los orígenes del huchicoleo en aquellas comunidades donde casi todos los habitantes se dedican a tal actividad?

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Correo: rosyrama@hotmail.com