Enrique Peña Nieto ha llegado a su V Informe de Gobierno y, en consecuencia, prácticamente entra al último año del mandato como Presidente de la República. Mal o bien, ha dado al PRI cinco años en el ejercicio del poder público en el más alto orden mexicano; esperemos que termine el sexenio.
¿Y de qué dará cuenta? En estricto sentido, solo de las acciones y obras realizadas por su administración pública en el último año; ¡en el último año! Es necesario remarcarlo porque los gobernantes suelen hacer el recuento desde el inicio de su gobierno, inflando el informe anual.
¿Y qué hizo en el último año? Lo que más recuerda la ciudadanía es la liberación de los precios de las gasolinas y el diesel, que aumentaron de golpe y porrazo el valor no solamente de los combustibles sino de productos en general. Pero como las personas pronto olvidan, y con frecuencia ni cuenta nos damos si pagamos más o si pagamos menos cuando vamos a llenar el tanque del vehículo.
Ahora que si el presidente Peña Nieto hace el recuento de los cinco años de su gobierno, lo más destacable e importante sería la Reforma Educativa. Se atrevió a realizarla a pesar de la oposición de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), cuya Sección 22 ha sido puntal en la lucha por dar reversa a las nuevas políticas en materia educativa.
El desacuerdo de la gremial se centra sobre todo en lo que los profesores llaman “evaluación punitiva”, porque quienes reprueban los exámenes tienen menos oportunidad de conservar o acceder a una plaza. En diversos países, los maestros son sometidos a evaluaciones para medir el nivel de conocimientos y de pedagogía para garantizar educación de calidad, y lo hacen tanto en escuelas públicas como en privadas.
¿Entonces cómo dar la razón a la CNTE? ¿Cómo apoyarla para anular la evaluación? Imposible, la educación de calidad la exigen los propios padres de familia para sus hijos, y estarán muy contentos cuando en las escuelas públicas de educación básica los niños y niñas cursen la materia de inglés, que actualmente toman solamente los estudiantes de escuelas privadas.
Además, la educación es un derecho fundamental en nuestro país y, por lo tanto, goza del irreductible principio de progresividad como todo derecho humano; entonces no se le puede dar reversa a la educación de calidad.
Al parecer Oaxaca fue la entidad experimento donde el Gobierno Federal dio un paso definitivo para iniciar la implementación de la Reforma Educativa: Quitarle a la Sección 22 de la CNTE la rectoría educativa y el control que ejercía sobre el presupuesto y la estructura del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
La operación estuvo a cargo, dicen, de Alfonso Gómez Sandoval Hernández, entonces Secretario General de Gobierno del gobernador coalicionista Gabino Cué Monteagudo, quien desde su campaña había sido aliado de la Sección 22. Por cierto, Poncho Gómez, priista, ahora tiene una posición en la Secretaría de Educación Pública, según cuentan en los corrillos políticos oaxaqueños.
En fin, que aún y cuando persiste la resistencia de la CNTE a la Reforma Educativa, ésta poco a poco ha ido permeando; incluso, entre los mismos maestros de la gremial.
Y en justo reconocer que a pesar de la oposición del ala radical magisterial, la Reforma Educativa, aún inacabada, es la mejor acción del gobierno del presidente Peña Nieto; ojalá que en su último año pueda avanzar en la implementación cabal de la misma.
El último año del presidente Peña Nieto también servirá para pulsar el ánimo del electorado respecto del PRI, y determinar si conserva la Presidencia de México o si nuestro país entra a otra etapa de alternancia.
PEÑA NIETO EN OAXACA
Hasta donde se sabe, el presidente Enrique Peña Nieto estará en el estado de Oaxaca por allá de los días siete u ocho del mes de septiembre; o sea, en unos cuantos días más. Y prevén que en la gira de trabajo inaugure el Centro de Convenciones, que se inició en el sexenio de Gabino Cué y continúo en la administración del gobernador Alejandro Murat Hinojosa.
Oaxaca es una de las entidades federativas que poquísimas veces a visitado el presidente Peña Nieto debido a las amenazas de la Sección 22 de la CNTE. Pero además es el estado menos apoyado por el Gobierno Federal con obras de envergadura; vamos, ni siquiera ha conseguido terminar las súper carreteras al Istmo y a la Costa oaxaqueña.
Los gobernadores han hecho su esfuerzo, pero sin la ayuda del Gobierno Federal nadie podrá terminar las carreteras. Ojalá que en su último año, Peña Nieto ordene lo necesario para concluir ambas vías de comunicación, lo cual también es una de las metas del gobernador Alejandro Murat.
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