Parece ir en serio la propuesta de Morena de reducir el financiamiento público anual a los partidos políticos, ¡a la mitad! Y a la de ya.
Para tal efecto, la diputada federal Alicia Barrientos Pantoja presentó una iniciativa de reforma al artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Claro, una reforma electoral para reducir el financiamiento público a los partidos políticos debe hacerse ya, antes de que el Congreso apruebe el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2019.
Caso contrario, no podría hacerse la reducción para el próximo año sino hasta después de una reforma tanto a la Constitución General como a las leyes generales de Partidos Políticos y de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Eso, salvo que al armar el proyecto del Presupuesto de Egresos 2019 se argumente imposibilidad financiera para cubrir al 100% el financiamiento público a los partidos, dada la existencia de necesidades superiores de la población en pobreza y pobreza extrema como, por ejemplo, alimentación, salud, educación.
¡El pueblo no puede morir de hambre mientras para que los partidos sobrevivan!
Veremos si la iniciativa de Morena para reducir al 50% el financiamiento público a los partidos es una acción firme e inmediata, o si se trata solamente de una propuesta para recuperar imagen después de lo mal que ha quedado con la triangulación de recursos vía un fideicomiso para los damnificados por los sismos de septiembre del 2017.
Y al final de cuentas darle al pueblo atolito con el dedo diciendo: “Morena presentó la iniciativa y no se pudo porque no tiene mayoría en esta Legislatura, hay que esperar a la que entra en septiembre, pero ésta no podrá aprobarla de manera inmediata”.
Antes de que inicien con un rosario de justificaciones, es preciso recordar a los morenistas que el carácter de virtual Presidente Electo de Andrés Manuel López Obrador –de triunfo irreversible por contundente con todo y el desastre del fideicomiso— le da la suficiente fuerza para hablar con los líderes de los partidos y que vaya la reforma.
¿Qué el Congreso está en receso? Sí. Pero nada impide que los legisladores puedan turnar a comisiones la iniciativa y puedan reunirse en un periodo extraordinario de sesiones para aprobar la iniciativa. Vamos, hasta la pueden sacar por “urgente y obvia resolución”.
En fin, cuando se quiere se puede. Pero si ningún partido quiere, incluido Morena –que solo vacile al pueblo–, pues no habrá reducción al financiamiento público que año con año se da a los partidos políticos en cantidades industriales sin que ellos respondan a las expectativas ciudadanas.
¿Cómo platea la reforma al artículo 41 constitucional para bajar en un 50 % el financiamiento público a los partidos? De una forma, muy sencilla: Reduciendo el porcentaje de cálculo de la Unidad de Medida y Actualización.
Verán.
Actualmente, el inciso a) de la fracción II del artículo 41 constitucional establece que:
“El financiamiento público para el sostenimiento de sus actividades ordinarias permanentes se fijará anualmente, multiplicando el número total de ciudadanos inscritos en el padrón electoral por el sesenta y cinco por ciento del valor diario de la Unidad de Medida y Actualización. El treinta por ciento de la cantidad que resulte de acuerdo a lo señalado anteriormente, se distribuirá entre los partidos políticos en forma igualitaria y el setenta por ciento restante de acuerdo con el porcentaje de votos que hubieren obtenido en la elección de diputados inmediata anterior.”
Y la iniciativa plantea la siguiente modificación:
“El financiamiento público para el sostenimiento de sus actividades ordinarias permanentes se fijará anualmente, multiplicando el número total de ciudadanos inscritos en el padrón electoral por el TREINTA Y DOS PUNTO CINCO POR CIENTO de la Unidad de Medida y Actualización. El treinta por ciento de la cantidad que resulte de acuerdo a lo señalado anteriormente, se distribuirá entre los partidos políticos en forma igualitaria y el setenta por ciento restante de acuerdo con el porcentaje de votos que hubieren obtenido en la elección de diputados inmediata anterior.”
O sea, reduce del 65% al 32.5% el porcentaje a tomar del valor diario de la Unidad de Medida y Actualización con que se calcula el financiamiento público ordinario anual de los partidos políticos. Además, incrementa el porcentaje en la distribución.
Y claro, sería mucho, pero mucho mejor, tomar como base de la multiplicación el número de ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de Electores, no del Padrón Electoral, porque éste siempre será mayor pues contiene a ciudadanos con y sin credencial para votar. Por eso a los partidos siempre interese que haya más empadronados, aunque no tengan mica para ejercer su sufragio.
Es más, a los partidos políticos debería corresponder un financiamiento de algún modo acorde con el número de votos obtenidos. Porque son muy listos, piden equidad y todas las prerrogativas, pero son incapaces de obtener votos, de ofrecer buenos candidatos y de gobernar bien.
Si quieren que el pueblo los siga manteniendo, pues el cariño debe ser recíproco.
EN LOS ESTADOS TAMBIÉN
Claro, como somos una Federación, la reforma tiene que bajarse a las entidades federativas para que también se reduzca el financiamiento público local a los partidos políticos.
La iniciativa lo prevé en un Artículo Segundo Transitorio de la siguiente manera:
“Las legislaturas de las entidades federativas, en el ámbito de sus respectivas competencias, deberán ajustar a sus normas internas sobre financiamiento público para el sostenimiento de sus actividades ordinarias permanentes de los partidos políticos teniendo como tope máximo lo establecido en esta Constitución, dentro de los 180 días siguientes a la entrada en vigor de presente decreto.”
¡Y se quedan cortos!
Una iniciativa realmente eficaz en cuanto al ahorro en el despilfarro de dinero para sostener a los partidos políticos, sería eliminar el financiamiento público estatal a los partidos políticos con registro nacional; que éste solo sea para los partidos locales.
¡Imagínense en realidad cuánto reciben de financiamiento público los partidos con registro nacional (Morena, PAN, PRD, PT, MC, PES, PVEM y Panal) si se suma lo que les dan en cada entidad federativa como financiamiento público local, más lo que el Estado les otorga vía INE!
¡Son cantidades industriales! Y todo para qué. Dense cuenta si hay resultados. El financiamiento termina en adquisición de camionetas de lujo para los dirigentes, paseos VTP por toda su área de influencia, bolsos de 50 mil pesos para las mujeres líderes y corbatas de 100 mil pesos para los varones.
Vaya, hasta las y los líderes morenistas pronto cambian los zapatos de catálogo por calzado de las marcas más caras.
En fin, de una vez hay que hacer la reforma hasta el fondo para que los partidos se pongan las pilas, sin temor de que la reducción del financiamiento público deja la puerta abierta a financiamiento de dudosa procedencia. Ja. ¡De por sí lo tienen todo el tiempo!
Menos financiamiento, obligará a los partidos políticos a realizar verdadero trabajo de tierra y sin tanto glamour.
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