CRÓNICA POLÍTICA: La Tercera Circunscripción en manos de “Juntos Haremos Historia”

Hay encuestas donde la coalición “Juntos Haremos Historia”, integrada por los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), tiene la preferencia electoral prácticamente en todo el Sur-Sureste de la República Mexicana.

Son escenarios hasta el momento para las elecciones federales de Presidente, senadores y diputados federales. Dicha coalición prácticamente tiene en sus manos la Tercera Circunscripción Electoral, con sede en Xalapa, Veracruz, y en la cual se encuentran además los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca.

Dicha Circunscripción se integra por 60 distritos electorales federales uninominales; y en la misma juega cada partido político con registro nacional con una lista de hasta 40 fórmulas de candidaturas a las diputaciones plurinominales, y entrarán según el número de votos obtenido por el partido en la Circunscripción.

Así que las proyecciones en la preferencia electoral, cruzadas con los números de la geografía electiva y las circunstancias del Sur-Sureste (más pobreza), está región y la Tercera Circunscripción le darían la fuerza a la coalición “Juntos Haremos Historia” en el contexto nacional.

Y si ello fuese cierto, le arrojaría triunfos en la mayoría de los 60 distritos electorales federales; o sea, ganaría mucho más de la mitad de éstos; además un buen número de curules plurinominales. También la mayoría de las senadurías uninominales y en algunos casos las de 1ª minoría, en las entidades comprendidas en la Tercera Circunscripción.

Más o menos así las cosas hasta el momento. Porque las mediciones son constantes y las proyecciones pueden variar. Por cierto, ¿variaría con el vergonzoso registro de Jaime Rodríguez Calderón como candidato a la Presidencia de la República?

Algo quizá en las circunscripciones comprendidas en el Centro y Norte; sobre todo en ésta última donde a Andrés Manuel López Obrador le ha costado trabajo permear en cada elección presidencial que ha competido. ¿La del 2018 será la excepción? ¿O seguirá siendo su Talón de Aquiles?

En fin, retomando el tema: Si la tendencia no cambia en la Tercera Circunscripción, la coalición “Juntos Haremos Historia” prácticamente arrasará en ésta en las elecciones federales de julio próximo. Claro, las encuestas no tienen la verdad absoluta; en realidad son aproximaciones.

Además, en cada distrito y en cada entidad cuenta la aceptación del candidato, su historia, la honestidad en su trayectoria en el servicio público y en la carrera legislativa. Aunque a veces de todo ello se olvidan los electores sobre todo de zonas marginadas frente a la oferta de dádivas y promesas de recompensa; y lo hacen todos los colores.

Sin duda, una elección presidencial suele jalar a las demás. No es la regla, ni la excepción, pero suele ocurrir. Sin embargo, hay electores que definen su voto hacia las diputaciones y senadurías en función de la persona que encarna la candidatura, no en función del partido, de la coalición o del abanderado a la Presidencia.

Veremos qué resulta de la jornada del próximo primero de julio, en la cual cuenta, por supuesto, la estructura electoral de cada uno de los competidores.

CASO OAXACA RUMBO AL SENADO

El panorama general en la Tercera Circunscripción Electoral, se refleja en el estado de Oaxaca donde puntea la coalición “Juntos Haremos Historia”, cuyas fórmulas al Senado de la República las encabezan: Susana Harpa, por la primera; y Salomón Jara Cruz, por la segunda.

Y no es Morena, ni el PT, ni el PES, que les da la fuerza; se las da Andrés Manuel López Obrador, cuya presencia en la entidad oaxaqueña es indiscutible con cualquier partido.

Ya lo demostró en las elecciones del 2012, cuando encabezó la coalición “Movimiento Progresista”(PRD-PT-MC), arrasó: Él ganó la votación presidencial y la alianza 10 de 11 diputaciones federales y las senadurías de mayoría relativa. El PRI quedó en segundo lugar en los comicios al Senado, obteniendo el escaño de 1ª minoría; y ganó un solo distrito.

Para las elecciones del 2018, la tendencia parece casi igual, en relación a la coalición “Juntos Haremos Historia”, la cual puntea para las elecciones al Congreso de la Unión en Oaxaca gracias a la presencia de AMLO.

Y le pisa los talones la coalición “Todos por México”, integrada por el PRI, el PVEM y el Panal, cuyas fórmulas al Senado las encabezan: Raúl Bolaños Cacho Cué, por la primera; y Sofía Castro Ríos, por la segunda.

En este caso no influye la presencia del abanderado presidencial, sino el voto duro del PRI y el trabajo del candidato de la primera fórmula, cuyo perfil si bien se identifica con la clase gobernante de diversas épocas, trae su propia luz. Es priista vía Verde, partido caracterizado por impulsar jóvenes a escaños y curules.

Es creíble lo que reflejan las encuestas. Incluso, si se toman como referentes los resultados de las elecciones de gobernador del 2016, donde el PRI ganó en coalición con el PVEM y el Panal; la alianza PRD-PAN quedó en segundo lugar; Morena en tercer sitio, y el PT en cuarto.

Pero en el resultado como partidos políticos per se, en 2016 el PRI continuó siendo la primera fuerza electoral aunque con menos votos, Morena se colocó como la segunda, el PRD la tercera y el PAN la cuarta.

En Oaxaca, el PRI trae cierto desgaste pues lleva año y cinco meses en el gobierno local, y por otro lado le pesa el deterioro del gobierno federal.

Sin embargo, al PRD y al PAN les pesa el pésimo gobierno de Gabino Cué Monteagudo, a quien juntos llevaron al poder en el 2010 y co-gobernaron; el entonces mandatario les cedió espacios en su gabinete legal y ampliado.

Cué junto con el PRD, el PAN y el PT (también integrante de la alianza) gobernaron tan mal, que dejaron a Oaxaca en “colapso financiero”, según definición de Alejandro Murat Hinojosa cuando en diciembre del 2016 asumió el cargo de gobernador. Y se encuentran en prisión cuatro de los ex secretarios de aquél sexenio de la transición democrática

Y faltan otros; desde cuando forman parte de la Fiscalía Anticorrupción, que preside Jorge Emilio Iruegas Álvarez.

Por cierto, las y los candidatos de la coalición priista no están explotando electoralmente el pésimo gobierno de Cué-PRD-PAN-PT. ¿Traerán algún acuerdo con alguien? ¿Pacto con el propio Gabino? ¿O son muy respetuosos?

En fin, retomando el tema y poniendo nombre de personas: Susana Harp y Raúl Bolaños Cacho Cué disputan el Senado en Oaxaca; ella arriba con el 29.75%, y él pisándole los talones con un 26.64%, casi en un empate técnico entre ambos. Claro, Susana tiene la ventaja del acompañamiento de AMLO.

Tales porcentajes salen de una encuesta circulada ayer en redes sociales y según fue mandada a realizar por instancias oficiales para medir las candidaturas de la coalición “Todos por México”.

Y en dicha medición al Senado, la coalición “Por México al Frente” (PAN-PRD-MC) va en tercer sitio, con sus fórmulas oaxaqueñas: La primera encabezada por el ex priista Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, y la segunda encabezada por la panista Perla Woorlich Fernández.

Con el 21.78%, Héctor Pablo iría 7.92 puntos debajo de Susana Harp y 4.81 de Raúl Bolaños. Hay otra encuesta donde al ex Director de Liconsa le dan 11% en la intención del voto; a Susana el 33% y a Raúl el 37%.

En cualquiera de las dos, Susana y Raúl, o Raúl y Susana, irían muy pegados en la preferencia electoral; cualquiera de los dos podría ganar las elecciones del 2018, con más probabilidad Susana, pero no per se, sino por la presencia de AMLO y de Morena en la entidad oaxaqueña.

Y Héctor Pablo disputa el segundo lugar, que si logra llegar a éste el día de las elecciones, entraría como senador de primera minoría. Doña Pela, ya no entra. Pero si no lo consigue, quedaría en tercer sitio y sin posición en el Congreso de la Unión.

A pesar de la adversidad nacional, la coalición “Todos por México” aún tiene posibilidades en el estado de Oaxaca para las elecciones federales: Al Senado disputando el segundo lugar, donde cuenta la imagen de Raúl Bolaños Cacho Cué y el voto duro priista (veremos cuanto de éste se va con Héctor Pablo).

Es decir, en este caso, la fuerza no se la da el abanderado presidencial (José Antonio Meade), sino la fuerza emana del propio candidato al Senado y del voto duro del PRI.

En el caso de la coalición “Por México al Frente”, los partidos integrantes andan divididos internamente; algunos grupos y corrientes no están a favor de que ex priistas sean abanderados de esta alianza. Y si bien éstos le pueden quitar votos al PRI, también le restarán votos al PRD y al PAN.

Los perredistas y panistas inconformes votarán diferenciadamente, o simplemente permanecerán inmóviles.

¡Hagan sus apuestas señores!

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