CRÓNICA POLÍTICA: Lo preocupante de las elecciones, sobre todo para Morena

Rosy RAMALES

Ciertamente, en gubernaturas le fue muy bien a Morena: Ganó las dos que se jugaron este domingo dos de junio, Puebla y Baja California; ha sido un triunfo cuantitativo y cualitativo, considerado además lo emblemático de ambas en poder del PAN.

Aún cuando en Puebla hay un mandatario interino, nombrado tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso en aquél trágico accidente aéreo ocurrido la víspera de Navidad del 2018, donde también perdió la vida su esposo, el senador Rafael Moreno Valle; ambos destacados cuadros panistas.

Puebla la ganó ahora en elección extraordinaria y por amplio margen Luis Miguel Barbosa Huerta, de Morena, quien en la ordinaria no pudo obtener la victoria; peleó en los tribunales electorales agotando toda la cadena impugnativa (incluso, con una apertura sui generis de la totalidad de los paquetes electorales) pero no consiguió anular la elección.

La historia de tan cruenta batalla electoral ya se sabe. Ahora, ¿por qué ganó Barbosa?

Las victorias (como las derrotas) suelen ser multifactoriales: Un morenovallismo disminuido, un PAN quizá sin estructura suficiente, un Morena fortalecido y enriquecido como resultado de las elecciones del 2018, cierto efecto Andrés Manuel López Obrador (aunque ya no tan fuerte como el año pasado), migración de conveniencias, etc.

Y bueno, en Baja California Morena acabó con la hegemonía de Acción Nacional de alrededor de 30 años, desde la primera gubernatura ganada por Ernesto Ruffo. En esta entidad el triunfo de Morena probablemente se base sobre todo en el hartazgo ciudadano hacia los gobiernos panistas, amén de otros factores.

No obstante el triunfo de Morena en ambas gubernaturas, éste tiene la sombra de un alto abstencionismo: 66% en Puebla y 70% en Baja California, aproximadamente según los resultados preliminares; en la primera entidad registra una participación ciudadana del 33.41% y, en la segunda, 29.95%.

Es para preocuparse. Claro, siempre una elección concurrente genera más participación; sin embargo, el abstencionismo es mal signo. ¿Para quién? Para los partidos políticos, para los candidatos y para el mismo gobierno.

En Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, y en Baja California, Jaime Bonilla Valdés, serán gobernadores sin mucha legitimidad, pues si bien alcanzaron la mayoría relativa del total de votantes que acudieron a la jornada del domingo pasado, el electorado no se volcó en las urnas.

¿Por qué tanto abstencionismo?

Es un fenómeno multifactorial y muchas veces está en función de las condiciones políticas en cada entidad federativa, pero puede ir desde la decepción de la ciudadanía hacia los partidos, coaliciones y hacia los candidatos, hasta por prácticas fraudulentas como la inhibición del voto.

Incluso, puede obedecer a la falta de promoción del voto por parte de las autoridades electorales. Sin embargo, ésta poco o nada pueden hacer cuando la ciudadanía no encuentra opción entre los competidores.

A todos debe preocupar el abstencionismo. Pero en estos momentos, debe preocupar más a Morena, porque es el partido en el Gobierno Federal. En los comicios del domingo pasado aún funcionó el fenómeno Andrés Manuel López Obrador, pero ya no como en el 2018.

Vaya, siendo un gobierno tan nuevo es como para que los candidatos del partido que encabeza la “Cuarta Transformación” hubiera ganado tal como ganó AMLO: Con el más alto porcentaje de votos en una elección donde participó alrededor del 70% del electorado.

¿O no? ¿O la falta de participación ciudadana en los recientes comicios en Puebla y en Baja California solo es atribuible a las condiciones políticas de cada entidad y a los candidatos?

En fin, algo preocupante para Morena también debiera ser el resultado en otras entidades federativas, sobre todo en Aguascalientes y en Durango, donde otras fuerzas políticas ganaron el mayor número de espacios.

En la primera entidad el PAN se impuso en la elección de ayuntamientos, y en la segunda, éste partido en coalición con el PRD, y el PRI por sí mismo, se llevaron el mayor número de ayuntamientos. Además, en Tamaulipas Acción Nacional arrasó en diputaciones.

Así, que Morena, en vez de echar las campanas al vuelo sobre todo con su triunfo en las gubernaturas de Puebla y Baja California, debería preocuparse por el abstencionismo y su falta de victorias en ayuntamientos y diputaciones en otras entidades federativas.

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Correo: rosyrama@hotmail.com