
Ulises Ruiz Ortiz y José Murat Casab “juntos serían de gran utilidad al PRI en este momento crucial para el partido”, me dijo un amigo ayer después de leer las entrevistas de ambos ex gobernadores oaxaqueños, cuadros nacionales priistas que están en el ojo del huracán por su fuerza per se y precisamente por su forma de pensar sobre el destino del priismo.
Claro, con sus pequeñas variantes; Murat lo ve desde la estructura oficial del partido y Ulises lo ve desde fuera, desde donde empuja la democratización interna. Pero en algún momento ambos coinciden, según parece. Por ejemplo, cuando José considera que la corrupción “debe frenarse a tiempo”, por eso el PRI expulsó al ex gobernador Veracruzano, Javier Duarte de Ochoa.
Y Ulises piensa, incluso, que debe frenarse tan a tiempo que es necesario establecer la revocación de mandato y quitar el fuero a todo servidor público que goce de éste, incluidos mandatarios.
En la entrevista al presidente de la Fundación Colosio publicada este lunes en La Jornada, se refiere: En el PRI “‘hay intentos de personas y grupos que buscan arrebatarle la candidatura presidencial’ al tricolor, pero la 22 Asamblea Nacional ‘no será un traje a la medida y mucho menos la unción adelantada del candidato’, definió José Murat. Y agrega: “Consideró que las reglas serán iguales para los aspirantes, pero acotó que el método de elección ‘’sin duda lo definirán los militantes’, y los delegados a la asamblea, con su voto, decidirán si se elimina o no el requisito de 10 años de militancia para ser candidato a la Presidencia”.
¿Quién intenta arrebatar la candidatura presidencial al PRI? José Murat no lo dice con toda claridad. Pero no creo que se refiera a la corriente liderada por Ulises Ruiz Ortiz (Democracia Interna) que busca la consulta directa como método para la definición de candidaturas al 2018, incluso para plurinominales. ¿Se referirá entonces al grupo que promueve a José Antonio Meade Kuribreña?
Meade no cumple con los requisitos de 10 años de militancia y un cargo de elección popular para poder ser candidato del PRI a la Presidencia de México. Por eso hay priistas que pretenden quitar tales candados en la próxima Asamblea Nacional del PRI.
En la entrevista de esta escribiente con Ulises Ruiz Ortiz, éste tampoco se refiere de manera directa a Mead. Pero parece convencido de la permanencia de los candados, pues sin ellos se producen cosas dañinas para el partido y para el país, como, por ejemplo, lo que él llama la “generación de la vergüenza” en alusión a toda la camada de los ahora ex gobernadores a quienes encumbraron en el poder sin experiencia, sin ideología, sin trabajo partidario, pero sí con muchas ambiciones.
Entonces, la militancia y el haber pasado por cargo de elección popular, prueban. Palabras más, palabras menos, en este tenor se expresa Ulises Ruiz.
Los políticos suelen hacer declaraciones para salir al paso en entrevistas. Y con frecuencia declaran situaciones distintas a su pensamiento y posturas reales. Esperemos que no sea el caso de Ulises Ruiz y José Murat.
Y por el momento, hay otra coincidencia.
José Murat dice: “Sé que en los estados se exige que quienes sean legisladores y lleguen al Comité Ejecutivo Nacional priísta pidan licencia para dedicarse de tiempo completo, las 24 horas del día, al mandato que nos dio la militancia. Aquí no hay vacaciones. Si se presenta esa reforma votaré por ella…” “También esta asamblea debe dejar claro que quien ha sido diputado o senador plurinominal, no puede ser candidato por la misma vía. Si hay diputados pluris que quieran saltar a senadores, o viceversa, que pidan el voto en las calles. He escuchado que esa propuesta estará en la mesa de estatutos, al igual que la obligación de que la mitad de las candidaturas sea para mujeres. Votaré por eso.”
Sin referirse a ese candado, sino más bien a la propuesta de Democracia Interna, Ulises Ruiz considera que los plurinominales deben ganarse a pulso la posición dentro de la lista sometiéndose a la consulta directa, con lo cual, incluso, la lucha dejaría de ser local o regional para pasar a un plano nacional (amén de lo estrictamente local). Ganar un lugar en función de porcentaje de votos constantes y sonantes.
No lo dice de este modo, pero con ese método se evitaría el “chapulinismo” en los cargos de elección popular, que el senador pluri pase a ser diputado pluri y viceversa, o el pluri repita como pluri.
Ulises hasta pone el ejemplo de “vacas sagradas” en el Congreso de la Unión que por los siglos de los siglos se la han pasado mudándose de la Cámara Alta a la Cámara Baja y de ésta a aquella, sin siquiera haber ganado una sección electoral o haber sido electos por lo menos presidente del Comité de Padres de Familia de la escuela donde estudiaron los hijos. Claro, esto último lo dice en tono de broma para evidenciar la falta de trabajo y de compromiso como militantes de algunos priistas que ya hasta vegetan en las curules y escaños.
En fin, hay ciertas coincidencias en los planteamientos de José Murat y Ulises Ruiz. Imagínense, ¿juntos que no harían? Incluso, lo intentaron cuando el PRI perdió la Presidencia de México; entonces ambos emprendieron una lucha por la democratización interna, que no llegó a buen puerto.
Vamos, coinciden hasta en lo que ha caído en desuso en el PRI.
José Murat dice: ‘‘Ya pasaron los tiempos de los ungidos y de la nomenclatura que todo decidía’’.
Y Ulises Ruiz sostiene que en el PRI “ya no funciona el dedazo”.
Piensan bien. Lástima para el partido y para el país que ambos anden de pleito irreconciliable.
¿Y EN LO LOCAL?
Buenas las declaraciones de José Murat Casab, presidente de la Fundación Colosio del PRI nacional. Y buenas las declaraciones de Ulises Ruiz Ortiz, líder de la corriente “Democracia Interna”.
Y cuando uno las lee o las escucha, se pregunta: ¿Qué pensamiento debe prevalecer en lo local? ¿O una combinación de ambos? ¿O en las entidades federativas la militancia queda en libertad?
Lo decimos sobre todo por Oaxaca, donde tanto José Murat como Ulises Ruiz tienen influencia. Es más, el Comité Directivo Estatal lo preside un muratista de hueso colorado, Germán Espinoza Santíbañez, quien, por cierto, sirvió los seis años en el gobierno del coalicionista Gabino Cué Monteagudo.
Renunció al cargo en la administración gabinista solo cuando Alejandro Murat Hinojosa fue ungido como candidato del PRI a gobierno oaxaqueño, y se fue como uno de los coordinadores de su campaña.
Cuando los oaxaqueños leyeron ayer las declaraciones de José Murat, se congratularon sobre todo si en lo local se aplica lo siguiente: “La corrupción hay que enfrentarla a tiempo. Por eso se le expulsó (a Javier Duarte). El partido tricolor debe tener como brújula la honestidad: dejar de lado la embriaguez del poder o del dinero”.
Si se aplica, y no precisamente por el gobernador Alejandro Murat, quien hasta el momento se ha mostrado como una persona bien intencionada y con hambre de ser visto con una identidad: La oaxaqueña.
Más bien, para aplicarse desde ahora a los funcionarios del partido, a los servidores públicos del gabinete estatal y a los delegados federales actuantes en Oaxaca.
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Correo: rosyrama@hotmail.com