El carismático y prodigioso violinista alemán David Garret ofreció un concierto de lujo, cargado de adrenalina y diferentes emociones al mostrar su poderosa fusión entre rock y pop con música clásica.
En el Auditorio Telmex y ante más de seis mil 500 asistentes, en su mayoría jóvenes, Garret demostró que la fusión de rock y pop con música clásica atrapa a personas de todas las edades, descartando la idea de que el último género musical es aburrido.
Antes de pisar el escenario, sorpresivamente Garret salió entre el público para hacer un recorrido en medio de sus fanáticos, quienes gritaban de emoción buscando selfies y fotografías cercanas del músico alemán que con una permanente sonrisa se ganó el corazón de los presentes.
Uno de los momentos inolvidables de la velada fue cuando el violinista dijo que dedicaría el siguiente tema a alguien del público, lo que provocó gritos de emoción de las jóvenes que querían ser las afortunadas.
Bajó con la gente y eligió a una joven de nombre Kenia, a quien subió al escenario y la sentó en un sofá instalado para el momento. Tocando el violín a su lado provocó no sólo la emoción de la elegida, sino «alaridos» de muchas personas principalmente mujeres.
Ataviado con pantalón de mezcilla, chamarra de piel negra, playera obscura y un gorro, el violista con estilo desenfadado hizo llegar la buena música con una ejecución impresionante, mostrando la perfección en la mezcla de géneros.
Acompañado de cinco músicos, a quienes presentó entre tema y tema, el violinista enamoró de nueva cuenta a sus seguidores y sobre todo cautivó con «Viva la vida» de Coldplay, así como con otros de sus crossovers más populares de Queen y Nirvana.
INF./GRUPO FÓRMULA