A partir del lunes 16 de mayo, representantes de organizaciones ecologistas mexicanas visitarán España para denunciar el macroproyecto turístico Cabo Cortés, que la empresa española Hansa Urbana planea construir en Baja California Sur, México.
El proyecto tiene un tamaño similar en habitaciones hoteleras a todo Cancún, y está proyectado en un área limítrofe con el Parque Nacional de Cabo Pulmo, uno de los ecosistemas mejor conservados de todo el Golfo de California.
Cabo Cortés incluye 27,700 habitaciones, dos campos de golf, una marina con 490 posiciones de amarre. También incluye lagunas y canales, un aeropuerto privado y otras infraestructuras de apoyo. En total, el proyecto puede albergar más del doble de habitantes que la población cercana más importante, el municipio de Los Cabos.
La superficie sobre la que se plantea construir Cabo Cortés es prácticamente limítrofe con el extremo norte del Parque Nacional de Cabo Pulmo. Se trata de uno de los ecosistemas mejor conservados del Golfo de California, e incluye el arrecife de coral más grande de la región, y el más antiguo del Pacífico mexicano.
Cabo Cortés tendría un impacto gravísimo sobre la zona, por la presión turística y residencial, la escasez de agua (es un área desértica), los movimientos de tierra, la alteración de la franja de dunas costeras. Organizaciones sociales locales han denunciado que esa autorización viola la legislación local y nacional.
En España es bien conocido el modelo de turismo depredador que sólo piensa en el beneficio de corto plazo, pero que no tiene en cuenta los impactos medioambientales y sociales; esto ha llevado a una situación límite muchas zonas costeras de ese país.
Ahora, ante la crisis en España, empresas como Hansa Urbana emprendieron la huida hacia nuevas tierras exportando el modelo depredador, aún a pesar de los costos sociales, medioambientales y laborales que tiene. Por ello, ¡en Baja California no queremos turismo depredador!