Oaxaca es tierra de brutales contrastes y permanentes paradojas e ironías. Por la escandalosa corrupción del priista Ulises Ruiz Ortiz y su ‘burbuja’ ganó Gabino Cué Monteagudo. Hoy por la misma razón pierde la gobernación del estado.
Lo adelantamos en los ejercicios de creación de escenarios futuros. Al cierre de edición la tendencia era irreversible. Ahora, la coalición PAN-PRD judicializará el resultado que será confirmado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Y junto con el gobernador de la primera alternancia y fallida esperanza de cambio pierde su vicegobernador Jorge Enrique Castillo Díaz. Pero sobre todo, son derrotados los ex gobernadores Diódoro Carrasco Altamirano y Ulises Ruiz Ortiz.
A tiempo, no a toro pasado, dijimos que los viejos y nuevos enemigos se trocan en cómplices más que amigos. Les une el odio y la sed de venganza. Es la eterna historia de las ambiciones por poder y dinero.
A la luz de las flaquezas de la condición humana, se creó el TUCOM-Todos Contra Murat. Le integraron Diódoro Carrasco, Gabino Cué, Ulises Ruiz y Jorge Franco. Confirma que la política es la historia de las traiciones. Y que los políticos comen sapos.
Afirmamos que es un pacto antinatura igual que la coalición entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Es mezclar el agua con el aceite. Lo único que les une es la búsqueda del poder.
Lo cierto, es que está en marcha el compló puesto en operación por el TUCOM. Todos Unidos Contra Murat. Vienen con todo y por todo. Quieren sangre. La van a buscar vía provocaciones.
Pero ayer les falló. Fueron detenidos 112 porros de la UABJO que reventarían las elecciones.
A la luz de estos hechos, adelantamos la derrota de Gabino Cué más que de Pepe Toño en las elecciones de ayer. Era un referéndum obligado al desgobierno de la alternancia. Dilapidó el enorme bono democrático con el que arribó al poder.
Pepe Toño, político inteligente con amplia experiencia, se equivocó. Desplegó una innecesaria campaña agresiva. Mordió el anzuelo lanzado perversamente por Benjamín Robles, cayó en el juego de las provocaciones y perdió. Alejandro Murat privilegió las propuestas.
Pepe Toño contó con el apoyo de los gobernadores de Puebla, Rafael Moreno Valle; del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; de Morelos, Graco Ramírez, y de Guanajuato Miguel Márquez. Al final, no le alcanzó.
La pésima imagen de autoritarismo y corrupción de los ex gobernadores Diódoro y Ulises le dañó enormemente. Le utilizaron para saciar su odio y sed de venganza. Los escándalos de corrupción de Gabino y Jorge le hundieron aún más.
Inexplicablemente nunca aclaró paradas sobre las permanentes denuncias del candidato del Partido del Trabajo, Benjamín Robles. Menos mostró las cuentas bancarias de éste. Su reto lanzado al término del primer debate quedó en el aire y se lo llevó el viento de cambio.
“Benjamín, para tener la lengua larga, hay que tener la cara limpia, te reto a que en 24 horas muestres ese documento que tú mismo falsificaste, porque yo si tengo copia de tus cuentas”, emplazó Pepe Toño a Benjamín en vivo y a todo color desde CORTV.
Otro quizás sería el resultado si se hubiera deslindado de la corrupción de todos ellos. Era obligado aplicar un control de daños en ese sentido. No era necesario que negara o renegara de su amistad, pero sí un claro deslinde. Pero el hubiera no existe.
Al igual que al gobernador Gabino Cué a Pepe Toño le traicionaron y perdieron el afecto a sus amigos. Los escándalos de mega corrupción de Jorge Enrique Castillo Díaz le salpicaron de lodo y dinamitaron su campaña. Le hicieron mucho daño.
La soberbia, siempre mala consejera, hilvanó un rosario de graves errores. Se equivocaron al pasar la factura por los errores de su padre, José Murat, a su hijo Alejandro. Olvidaron que las venganzas generacionales son uno de los peores crímenes.
Nuestros hijos y los hijos de sus hijos tienen derecho a construir su propio mundo. No debemos condenarles a cargar con los yerros de sus padres. Por el contrario, es obligación nuestra apoyarles como padres.
Por fobias contra José Murat la mayoría de malquerientes de éste tuvieron una mala lectura del claro deslinde de personalidades y responsabilidades que desde un principio hizo en su propaganda Alejandro. Los humanos somos seres únicos e irrepetibles.
Jamás tuvo la menor intención de negar ni mucho menos renegar de su padre. Por el contrario en todo momento se mostró respetuoso y agradecido con éste. Los resultados prueban que fue una exitosa estrategia de propaganda política.
A partir de hoy, está doblemente obligado a no fallar por él y por la innegablemente controvertida imagen de su padre. Pero como lo ha repetido reiteradamente, él es Alejandro, no José Murat. No tiene derecho ni puede darse el lujo de fallar.
A partir de hoy debe iniciar de inmediato un llamado congruente a la reconciliación de todos los oaxaqueños, de palabra y en los hechos. Tendrá que gobernar para todos. No importan las siglas ni los colores partidistas, todos sus adversarios son oaxaqueños.
Tiene a su favor la amarga experiencia de la fallida Operación Cicatriz al interior de las filas del PRI con Ulises Ruiz Ortiz y Eviel Pérez Magaña. Sólo funcionó con Toño Hernández Fraguas. Obligado es restañar heridas por igual con Diódoro Carrasco que con Gabino Cué.
Cuenta con el apoyo de los ex gobernadores Heladio Ramírez López y Jesús Martínez Álvarez. No debe olvidar que Eviel Pérez Magaña perdió la gobernación de Oaxaca porque Ulises Ruiz unió a todos los ex gobernadores en su contra incluyendo a José Murat.
A partir de hoy, Alejandro Murat tiene la obligación de defender su triunfo en tribunales. Pero ante todo debe empezar a buscar con la lámpara de Diógenes a plena luz del día a los mejores hombres y mujeres para integrar su gabinete.
Y debe hacerlo entreverando generaciones para combinar experiencia con juventud. De entrada será un hitazo que cumpla su compromiso, más que promesa, de integrar un gabinete que respete la paridad entre hombres y mujeres.
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