México, D,F.- El papel clave de la etnia sonorense yaqui en el comienzo de la Revolución Mexicana, tras varias décadas de levantamientos intermitentes por la defensa de sus tierras, y que provocó su deportación masiva hacia las haciendas henequeneras de Yucatán a principios del siglo XX, es revisado por la historiadora Raquel Padilla Ramos en el libro Los irredentos parias. Los yaquis, Madero y Pino Suárez en las elecciones de Yucatán, 1911.
La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) da continuidad en este volumen a su larga investigación en torno a este grupo indígena del norte del país, y sus años de exilio en la península de Yucatán, hacia finales del Porfiriato.
Después de una exhaustiva búsqueda en archivos de Sonora, Estados Unidos, la Ciudad de México y de Yucatán, además de recorrer algunas plantaciones de henequén donde trabajaron hace casi un siglo miles de yaquis exiliados de su territorio, la antropóloga se adentra en el vínculo que estableció esta etnia con el movimiento revolucionario de Francisco I. Madero en contra del gobierno porfirista, en aras de conseguir su libertad y volver a su lugar natal.
“Miles de yaquis fueron deportados a Yucatán desde 1900, debido a la guerra con el Estado mexicano por la defensa de sus tierras; fueron víctimas de persecución, muerte, despojo de bienes, les quitaron también a sus hijos y los llevaron a Yucatán como prisioneros de guerra, obligados a trabajar en las haciendas henequeneras.
“Llegaron en oleadas sucesivas a la península, y fueron 1907 y 1908 los años pico, cuando sumaron casi ocho mil yaquis. Pero en 1911, a raíz del advenimiento de la Revolución Mexicana, fueron liberados de las haciendas henequeneras para fungir como grupo de choque en defensa del proyecto de Madero y Pino Suárez, éste último era candidato al gobierno del estado de Yucatán”.
En la publicación, editada por el INAH, la profesora-investigadora señala que, a su vez, los yaquis querían cambiar su estatus de prisioneros de guerra y jornaleros agrícolas a soldados con una mejor paga, lo cual les brindaba la oportunidad de regresar a Sonora.
“Si bien, no hubo una política de repatriación formal, sí se había establecido el compromiso de que serían liberados y volverían a Sonora. Sin embargo, eso no ocurrió. Madero y Pino Suárez les prometieron un barco que los recogería en Puerto Progreso para volver a su estado, pero nunca llegó. En mis búsquedas documentales encontré que solo 44 yaquis fueron repatriados, siendo que fueron desterrados cerca de ocho mil”, abundó Raquel Padilla.
La especialista del Centro INAH-Sonora comentó que el resto regresó a Sonora con sus propios medios, aunque muchos murieron en el destierro y algunos se quedaron en Yucatán porque ya habían creado una familia o tenían compromisos allá.
La antropóloga Padilla Ramos refirió que los yaquis, a pesar de la cruenta lucha que enfrentaron durante décadas y el destierro, ha sido un grupo étnico muy fuerte culturalmente, lo cual se manifiesta en sus costumbres y tradiciones. Parte de este bagaje es recuperado por la especialista en la exposición fotográfica Bacatebe, que se presenta en Sociedad Sonorense de Historia, en la ciudad de Hermosillo.
“La exposición reúne material recabado junto con la historiadora Ana Luz Ramírez Zavala y la socióloga Verónica Jaime. Fue una oportunidad única porque no es fácil llegar a la sierra del Bacatete (o Bacatebe), debido a las condiciones del terreno y a que los yaquis no dan permiso con facilidad.
“Es la sierra sagrada de los yaquis, el lugar de refugio, la guarida histórica desde la llegada de los españoles y de todos los levantamientos que tuvieron; siempre fue la morada de sus héroes caídos en la guerra, por lo que en diversas ocasiones suben grupos de matachines para hacer sus danzas en honor de estos combatientes”.
Raquel Padilla abundó que estos personajes acceden a la sierra particularmente en el Día de Muertos para hacer sus ceremonias, y colocar flores y veladoras en las tumbas, siendo una de las más visitadas la de Tetabiate, donde reposan los restos mortales de uno de los capitanes más importantes de la guerra de los yaquis.
La colección se compone de 52 imágenes, pero en la muestra solo se exhiben 16 debido a las reducidas condiciones del espacio. Posteriormente se expondrá completa en Tucson, Arizona, EU.
Cabe mencionar que libro Los irredentos parias. Los yaquis, Madero y Pino Suárez en las elecciones de Yucatán, 1911, se presentará el próximo jueves 23 de agosto en la Casa de la Cultura de Ciudad Obregón, Sonora, a las 19:00 horas.