Egipto…Al Sisi se perfila como el próximo dictador

El ministro de Defensa de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, ya es mariscal, el más alto rango dentro del escalafón del Ejército del país árabe -según nota de El PAÍS-.

El presidente interino, Adli Mansur, promulgó un decreto presidencial este lunes para ascender al popular general, responsable último del golpe de Estado que depuso en verano al islamista Mohamed Morsi, primer presidente del país electo en las urnas. Horas más tarde, la cúpula militar egipcia autorizó al jefe del Ejército, a que se presente a las próximas elecciones presidenciales, informó la agencia estatal de noticias Mena.

El ascenso y la autorización de la cúpula militar llega un día después de que Mansur adelantara las elecciones presidenciales y mientras el país está a la espera del más que probable anuncio por parte del propio Al Sisi de su candidatura a la presidencia.

La promoción de Al Sisi se interpreta como una decisión de carácter eminentemente político. De 59 años de edad, el flamante mariscal lleva solo un año y medio en el cargo, y pertenece a una generación de líderes castrenses sin experiencia de combate, pues aún se estaba formando cuando Egipto libró su última guerra contra Israel, en 1973.

Además, no hay que olvidar que fue el propio Al Sisi quién nombró raïs interino a Mansur, presidente del Tribunal Constitucional cuando el pasado 3 de julio se ejecutó el golpe de Estado.

El decreto presidencial es el último de una serie de movimientos que parecen formar de una estudiada coreografía previa al anuncio de la candidatura presidencial de Al Sisi.

El avance de las elecciones presidenciales a la primavera -aún no se ha concretado la fecha exacta- obliga al mariscal a tomar una decisión con celeridad sobre su futuro político, lo que podría haber motivado una reunión de urgencia en marcha de la Junta Suprema de las Fuerzas Armadas. En caso de dar el paso, de acuerdo con la ley, Al Sisi deberá colgar el uniforme militar, lo que parece explicar el inesperado ascenso de su rango decretado por Mansur.

Tras la asonada, el líder castrense rechazó categóricamente atesorar aspiraciones políticas. No obstante, con el paso de los meses, sus declaraciones se volvieron cada vez más ambiguas hasta abrir las puertas a su candidatura hace una par de semanas “por petición del pueblo y bajo el mandato del Ejército”.

Su promoción al más alto rango militar del Ejército egipcio otorgará un nuevo argumento al culto a su personalidad promovido por los medios de comunicación, y que han contribuido a crear una auténtica “sisimanía” entre una parte de la población. Su efigie está en todos lados, incluidas las tartas de algunas pastelerías de la capital.

Mientras la prensa aún celebra la demostración del apoyo popular a las Fuerzas Armadas en la plaza Tahrir del pasado sábado, tercer aniversario de la revolución que depuso a Mubarak, el ministerio de Sanidad elevó a 64 la cifra oficial de muertos en aquella sangrienta jornada.

La masacre fue producto de la brutal represión policial de las manifestaciones opositoras organizadas por los jóvenes revolucionarios laicos y los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista al que pertenece el ex raïs Morsi. A pesar de haber aprobado recientemente una Constitución democrática, la regresión del respeto a las libertades es clara.

Egipto atraviesa una fase de aguda polarización política, salpicada por periódicos estallidos de violencia que se han cobrado la vida de más de 2.000 personas, la mayoría simpatizantes de la Hermandad muertos en el transcurso de manifestaciones de protesta.

Asimismo, el país árabe es víctima de una ola de atentados terroristas contra las fuerzas de seguridad a manos de diversas organizaciones yihadistas con base en la península del Sinaí. La más potente es Ansar Bayt al-Maqdis (“partisanos de Jerusalén).