
Dos años han pasado desde que Pablo Barrera dejó su país, sus tradiciones, sus amigos y su corazón azul y oro para buscar el sueño europeo. El mediocampista mexicano emprendió la que sería su más grande prueba con la única finalidad de conquistar al Viejo Continente con un talento indiscutible y nato.
Hoy, Pablo Barrera dice adiós a su estancia europea y regresa a México para vestir por primera vez, la casaca del Cruz Azul, club que le abre nuevamente las puertas a casa y que espera ver en él al nuevo as bajo la manga de Guillermo Vázquez.
Sin embargo, el retorno del extremo supone que cargará con un gran compromiso, pues llega a un club ávido de títulos y que intentará en el Apertura 2012, frenar la sequía de campeonatos de prácticamente 15 años.
Además, la afición de Pumas no recibirá a Barrera de una manera amistosa, pues fue con esta escuadra con quien consiguió su único título hasta el momento en el 2009, por lo que unirse ahora a las filas de uno de los acérrimos rivales de los universitarios como lo es la Máquina, no será bien visto.
El camino de Pablo Barrera como futbolista profesional no ha sido fácil, pues aunque logró estabilidad y titularidad en Pumas, una fuerte lesión lo marginó seis meses de las canchas en el 2008, situación de la que supo salir adelante incluso ganándose su llamado al Tri durante la era de Hugo Sánchez.
Posteriormente, fue tal su adaptación y crecimiento en Pumas que resultó pieza clave en el título del 2009 para así ganarse su lugar a la Justa Mundialista un año después.
Un cambio de 180 grados vino para el mediocampista, quien emigró a Inglaterra con la ilusión de apuntalar su nivel en el West Ham United, en donde para su mala fortuna no tuvo tanta actividad y no pudo evitar el descenso. Un año después, fue cedido al Real Zaragoza español en donde estuvo bajo las órdenes de Javier Aguirre.
Así, Barrera vuelve a México con las esperanzas renovadas y dispuesto a llenar un capítulo más de éxitos en su carrera como profesional.
Agencia El Universal