Hace unos cuatro millones de años vivió en tierras mexicanas el tigre dientes de cimitarra, un felino del grupo de grandes depredadores, pariente lejano del famoso tigre dientes de sable.
Esta especie se caracterizaba por tener dientes afilados y planos, más cortos que los de su familiar dientes de sable, pero con una sierra semejante a un cuchillo.
Dientes de cimitarra ha sido descrito en África, Asia y Europa, pero no se había encontrado en América, hasta que lo redescubrió Damián Ruiz Ramoni, un paleontólogo venezolano posdoctorante en el Instituto de Geología (IGL) de la UNAM.
Junto con sus colegas Ascanio Rincón y Marisol Montellano, el primero venezolano y la segunda del IGL, revisaron un descubrimiento de 1996, lo renombraron y publicaron su hallazgo en marzo pasado en la revista científica Historical Biology.
Hallazgo en Guanajuato
En 1996, los paleontólogos de la UNAM Óscar Carranza y Gerardo Álvarez encontraron en Guanajuato los vestigios que ahora dieron nuevos resultados: una mandíbula y dientes aislados de un poderoso felino extinto.
“Lo describieron como Machairodus coloradensis, un animal que típicamente se había encontrado en Estados Unidos, de un género extinto de mamíferos felinos que medía cerca de 1.2 metros a los hombros. Cuando nosotros lo revisamos, encontramos que es más parecido a un grupo de animales que viene de Eurasia y de Rusia.
“Por eso le cambiamos el nombre a Amphimachairodus alvarizi. Su género Amphimachairodus ha sido descrito en África, España, Asia, y de repente apareció en Guanajuato, así que es la primera descripción en América”, resaltó Ruiz Ramoni.
Los vestigios ingresaron a la colección del Museo de Paleontología de la UNAM desde 1996. “Yo vine a hacer una estancia posdoctoral a México, a estudiar un fenómeno que se llama el Gran Intercambio Biótico de las Américas, el momento en el que América del Norte se conectó con la del Sur y se creó un canal por el que comenzaron a migrar los animales”, explicó.
Cuando Ruiz Ramoni y sus colegas analizaron el material, se percataron que pertenece a un género distinto que ya se conocía en el Viejo Mundo, y ahora aparecía en América.
“Nos dimos cuenta de que esta especie vivió en México, pero no se conocían ejemplares hasta ahora.
Tigre dientes de cimitarra
Este felino fue un gran depredador en México. Vivió hace aproximadamente cuatro millones de años, entre el límite del Mioceno y el Plioceno. Hoy, toda esta familia de tigres está extinta.
Animales emparentados son las panteras y los jaguares, pero tan lejanos como un lémur y un humano, aunque ambos son primates, ejemplificó.
Para estudiar los huesos y mandíbulas, los ejemplares se compararon con colecciones de Europa y Estados Unidos. “Concluimos que es una nueva especie: más pequeña que un león, del tamaño de un jaguar mexicano actual. No era el felino depredador más grande, pero sí muy poderoso, y abundaba en estos territorios”.
La extinción
Ruiz Ramoni cree que su tipo de dientes, ideales para morder algo blando, fue lo que los llevó a la extinción, pues si muerden huesos se les quiebran. “Hay fósiles con los dientes rotos”.
Comían perezosos gigantes, bisontes, caballos y camélidos, pero cuando ocurrió la crisis del Cuaternario y comenzó a extinguirse la megafauna dejaron de tener una dieta disponible; entonces tomaron ventaja especies como el jaguar, capaz de romper el caparazón de una tortuga.
“Reconocemos que es la primera especie descrita para México como propia de este territorio. Vivía en ambientes abiertos, pastizales con megafauna y tenían una cacería muy especializada”, concluyó.