En 1916, registran soldados de EU 13 sitios arqueológicos en San Joaquín

México.- El 15 de marzo de 1916, integrantes del ejército estadounidense entraron a Chihuahua con la orden de buscar a Francisco Villa y castigarlo por su ataque armado a Columbus; no tuvieron éxito pero algunos de ellos se descubrieron como exploradores arqueológicos en territorio mexicano.

Al respecto, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) indicó que de los sitios donde el revolucionario estableció sus primeros cuarteles estaba el actual poblado de San Joaquín, donde por cuatro meses, 50 soldados norteamericanos registraron 13 sitios prehispánicos y llevaron a cabo una de las primeras excavaciones arqueológicas en esa entidad. «Para aliviar la monotonía mientras cumplían la orden de no realizar movimientos militares».

Acotó que de lo anterior quedó testimonio en un informe que presentaron los capitanes John Warren Weissheimer y John W. Wright, en el cual detallan las exploraciones que hicieron y lo que encontraron, junto con fotografías, mapas, croquis y dibujos de los sitios.

Los documentos se encuentran resguardados en los Archivos Nacionales de Antropología del Museo Smithsoniano, en Washington, mismos que fueron recientemente consultados por el arqueólogo Rafael Cruz, del INAH, para complementar las exploraciones actuales de los espacios arqueológicos del Cañón de San Joaquín, Chihuahua.

El investigador destacó que el informe de exploraciones de los capitanes estadounidenses, en el sitio de San Joaquín -donde se calcula que estuvieron del 1 de julio y por lo menos hasta noviembre de 1916-, «es de gran valor arqueológico y ha permitido complementar y corroborar algunos datos en las investigaciones recientes».

Al participar en la XIV Conferencia de Arqueología de la Frontera Norte, que se realiza en el Museo de las Culturas del Norte, en Casas Grandes, Chihuahua, el arqueólogo presentó una síntesis y evaluación del informe elaborado por los capitanes estadounidenses, y de las investigaciones que él mismo ha realizado desde los años 90 en ese lugar.

Como resultado, el investigador del INAH señala varias coincidencias entre los resultados de sus investigaciones, que llevó a cabo antes de conocer los documentos de los militares norteamericanos, y las descritas por ellos en 1916.

Destacó que hay un mapa firmado por el teniente de nombre Roderick Dew, con fecha de julio de 1916, donde está dibujado el arroyo de San Joaquín y tres flechas con las leyendas To Pearson, To Dublan y To San Miguel, que indican los caminos que conducían a las actuales localidades de Mata Ortiz, Casas Grandes y la Babícora, mismas que en algún momento formaron parte del sistema regional de Casas Grandes.

Siguiendo el arroyo, señaló Cruz, se llega al sitio Galeana, posiblemente el más grande y que dominó el valle del Río Santa María, durante el periodo Medio de Casas Grandes (1200-1450 d.C.).

Con base en el mapa y sus investigaciones, el arqueólogo deduce que en la época prehispánica el Cañón de San Joaquín debió haber desempeñado un papel fundamental y estratégico en el flujo de gente, materiales e ideas al interior de la región.

En el mapa, los militares marcaron 13 sitios arqueológicos, de los cuales Cruz sólo encontró 11. «No vimos un par de montículos, que de acuerdo con los militares están ubicados al sur del arroyo; no obstante, los norteamericanos no registraron dos sitios que nosotros encontramos. Lo que para Weiseheimer y Wrigth eran dos montículos, para nosotros es un sólo sitio, al que denominamos El Presidente».

En su presentación, Rafael Cruz señaló que el registro y excavación por los militares debió haberse efectuado después del 1 de julio y por lo menos hasta noviembre de 1916, «no antes de esa fecha porque el ejército norteamericano estaba muy ocupado buscando a Francisco Villa, incluso un reporte militar indica que Dew -autor del mapa arqueológico-, estaba en Las Cruces, Chihuahua, persiguiendo a Candelario Cervantes, considerado el segundo de Villa».

El especialista recordó que el 6 de septiembre de 1916, representantes del gobierno estadounidense y mexicano se sentaron a negociar en New London, Connecticut, Estados Unidos, un acuerdo pacífico, entonces la expedición punitiva recibió la orden de mantenerse en sus cuarteles.

El general John Pershing, quien comandó la Expedición Punitiva en contra del Centauro del Norte, narra en su informe final las actividades que realizaban mientras no podían salir de sus cuarteles.

El arqueólogo Cruz comentó que las piezas encontradas por el ejército estadounidense están en el Instituto Smithsoniano, en Estados Unidos.

Agencia El Universal