En tatuajes, veladoras y pinturas está presente el mito de Villa

Francisco Villa tatuado en la piel, como objeto en llaveros, artesanías y veladoras, representado en el centro de óleos, murales y graffitis… El héroe revolucionario como marca de tortillas y botellas de agua, o en el nombre de escuelas y restaurantes.

La iconografía ha contribuido a hacer inmortal el mito del revolucionario que antes fue bandolero.

Un nuevo libro sobre Francisco Villa reúne material iconográfico basado en la imagen del revolucionario; pertenece a la colección personal de Guadalupe y Rosa Helia Villa, nietas de “El centauro del norte”. Villa de mi corazón es una publicación que da cuenta del “mito histórico más importante y más visible fuera de México”. Las autoras habían publicado ya el libro Pancho Villa. Retrato autobiográfico 1894-1914 .

Guadalupe Villa, doctora en Historia por la UNAM, explicó el surgimiento del libro: “Ha sido un proceso largo porque las dos, cada una por su lado, comenzamos reuniendo material por una mera curiosidad. No habíamos pensado hacer un libro, sino más bien en tener un archivo propio. Pero después surgió la idea, se la presentamos a la editorial Taurus y se comenzó a trabajar con algunas de las imágenes. Luego vino la crisis, entonces eso quedó parado. Finalmente, Rosa Helia gestionó con en el gobierno de San Luis Potosí, que se interesó en el libro por las conmemoraciones centenarias”.

Villa de mi corazón contiene siete capítulos, en ellos se da cuenta de cómo ha sido empleada la imagen y el nombre de Pancho Villa tanto en el cine, la literatura y las calles, como en objetos mercantiles e, incluso, de adoración.

A pesar de que son 237 páginas a todo color, el libro no contiene todo el material iconográfico que poseen debido a que tuvieron que seleccionar algunas imágenes y eliminar aquellas cuyo permiso aún no estaba en regla.

Resultaba imposible poder reunir en un libro todo el material recabado por ellas desde hace años y que aún hoy continúa en aumento.

“La recopilación del material no la hemos acabado. Tenemos años recopilando y no nada más nosotras; se enteran los familiares, los amigos, los conocidos y, por donde van, si se encuentran una imagen de Villa, y nos la envían. Todavía la semana pasada encontramos algunas cosas nuevas”, comenta en entrevista Guadalupe Villa.

Lo llevan en la piel

Entre esta serie de objetos, que incluye desde libros, películas, fotografías, pinturas y esculturas hasta grafittis, artesanías, llaveros, tazas y veladoras, lo que más ha sorprendido a Rosa Helia (quien es egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM) es encontrar a “El centauro del norte” tatuado en la piel de algunos de sus seguidores. Incluso, en un congreso de tatuadores aparecía en la convocatoria la imagen del popular revolucionario”.

“Eso quiere decir que todos están muy consientes de lo repetitivo que ha sido el deseo de traer a Villa en la piel; es muy conmovedor, pero también lo es encontrarse su nombre en escuelas. Villa tenía una enorme pasión por la educación y lo dejó demostrado al fundar una gran cantidad de escuelas cuando fue gobernador de Chihuahua”, comenta Rosa Helia.

Las autoras recuerdaron que su abuelo ayudó a los 300 niños que vio sufriendo por el frío en un hospicio cuando, en diciembre de 1914, vino a la ciudad de México para encontrarse con “El caudillo del sur” Emiliano Zapata. “Le rompió el corazón verlos muertos de frío y cobijados con periódicos. Así que los envió a la escuela más grande de Chihuahua, la de Artes y Oficios”.

Historias como la de estos niños han contribuído a la conformación del mito que envuelve a Pancho Villa.

Otro factor que han incrementado la popularidad del revolucionario, comenta Guadalupe, es su vida anterior a la Revolución, las historias que, en torno a ella, fueron transmitiéndose de boca en boca y que pudieron magnificar las hazañas de Villa, por ejemplo, como ladrón de ganado.

El carisma de Villa

Como revolucionario, resultaron determinantes en la conformación del mito sobre la vida de Villa “los éxitos espectaculares que tuvo como dirigente revolucionario, que lo llevaron a ganar las batallas más importantes”, explican las autoras del libro.

Pero más definitivo fue todavía su carisma que propició el acercamiento de fotógrafos y cineastas norteamericanos que quisieron documentar la vida del revolucionario que fue bandolero.

“Toda su vida es fascinante -explica la historiadora- porque casi de la nada se convierte en un revolucionario conocidísimo, en un héroe, y su ascenso es tan rápido como su descenso. La incursión en Columbus es uno de los más importantes episodios de su vida en el sentido de que muchos mexicanos ven en él al hombre, al nacionalista, al vengador de todos los agravios que los Estados Unidos han hecho a los mexicanos”.

Y Rosa Helia agrega: “eso puso a Villa en la prensa mundial, sobre todo por el golpe que le dio al ego del ‘Tío Sam’, aunque no le hizo ningún daño militarmente hablando”. “La gente sigue diciendo que es la única incursión de un país extranjero, después de 1812, al territorio norteamericano”, acota la historiadora Guadalupe Villa.

Agencia El Universal