La energía, la pasión y el talento se conjugaron durante el concierto que ofreció, la noche de este viernes, el cantautor español Enrique Iglesias en el Auditorio Nacional, donde retomó su gira «Sex and Love».
A lo largo de la velada, el músico arrancó desenfrenados gritos al público, puso a bailar a sus seguidores de años y a sus fans más jóvenes; se mantuvo todo el tiempo en contacto con los asistentes, dejándose consentir por estos y recorrió gran parte del foro entre brincos y piruetas.
Aún no aparecía el reconocido intérprete y ya se aglutinaban sus fans a la orilla del escenario, quienes impacientes de que comenzara el espectáculo musical, gritaban y aplaudían animosamente.
Poco después de las 21:30 horas, Enrique Iglesias comenzó el primer concierto que ofrece en México tras el accidente que sufrió durante su presentación Tijuana, donde se cortó los dedos con un drone.
El cantante, ataviado con una playera roja, una gorra gris y un pantalón de mezclilla color negro, abrió el espectáculo con el tema «Tonigh», que incitó a los asistentes a levantarse de sus lugares y permanecer así hasta el final del concierto.
Con su habitual carisma se acercó a saludar a sus seguidoras para luego interpretar «I like how it feels», pidiendo al público que lo siguiera con el movimiento de sus manos.
A pesar de tener un vendaje en su mano lesionada, Enrique Iglesias se mostró eufórico, corrió por todo el escenario y por el pasillo que lo dividía del público, bajó del entarimado para que sus fans pudieran abrazarlo y tomarse «selfies» con él y brincó a los palcos.
Con palmas a ritmo de flamenco, el artista acompañó el sonido de una guitarra y un cajón para comenzar a cantar «Bailamos».
«Mil disculpas por la demora y un millón de gracias por estar aquí esta noche, el siguiente tema lo escribí hace 19 años y nunca pensé que iba a poder cantarlo algún día con uno de mis ídoslos: Marco Antonio Solís», manifestó.
Con estas palabras presentó su siguiente éxito «El perdedor», con el cual inició la parte más romántica del concierto, pues enseguida cautivó a los asistentes con «Loco».
Previamente a este último tema, Enrique Iglesias puntualizó: «Yo soy muy malo con las palabras pero cuando escribo mis canciones puedo expresar lo que siento, es la única forma en la que me sé comunicar y manifestarle a mi novia los buenos y malos momentos».
Indicando que se encontraba algo nervioso, dio a sus músicos un poco de tequila y brindó con ellos y el público, el acto desató las ovaciones y los gritos de admiración hacia el artista.
Luego de que el español cambiara su playera roja por una blanca, invitó a todos para que levantaran las manos a ritmo de sus siguientes canciones «Be with you», «Tired to being sorrry» y «Escape», mientras una lluvia de papeles plateados daban un toque más festivo a la velada.
Por breves minutos el interior del Coloso de Reforma quedó obscuro, cuando las luces se encienden, Enrique sorprendió al público al aparecer en un pequeño escenario ubicado en medio del recinto, permitiendo que la parte más alejada pudiera tenerlo cerca.
El recinto nuevamente baja la intensidad de las luces ante la petición del intérprete de que el público iluminara el foro a través de las luces de sus celulares para así deleitarlos con su éxito «Héroe».
Siguiendo la línea de algunos de sus temas más antiguos, aprovechó para retomar, 20 años después, «Experiencia religiosa», pieza musical de 1995 que fue coreada al unísono.
La presentación dio un giro nuevamente hacia el frenesí cuando se escucharon los primero acordes del éxito internacional «El perdón». «Es que yo sin ti y tu sin mí, dime quien pude ser feliz, esto no me gusta», se escuchaba en todo el foro.
El ánimo subió aún más con «Bailando» y «I like it», sencillos con los que Iglesias cerraba el primero de los tres conciertos que ofrecerá este fin de semana en la capital del país.
INF./GRUPO FÓRMULA/NOTIMEX