Luego de que se diera a conocer el retorno temporal del «Penacho de Moctezuma» a México, la académica Laura Piñeirua consideró que la decisión del gobierno austriaco permitirá a los mexicanos acercarse a técnicas ancestrales relacionadas con el tratamiento de las plumas.
Adscrita al Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, Piñeirua explicó que a partir de la exhibición en México de la pieza, los especialistas podrán conocer la técnica que los indígenas empleaban en la elección y adaptación del plumaje en los tocados.
Recordó que llamó mucho la atención de los españoles el uso de las plumas como ornamento, en particular el penacho, por la aplicación de los colores y la forma que hace al objeto poseer gran valor artístico.
El penacho, abundó, es uno de los escasos ejemplos de lo que los emperadores aztecas podrían haber llevado en la cabeza para denotar rango, pero podría haber tenido otra función.
«Damos por hecho que lo podría haber llevado en la cabeza pero habría que estudiar el tamaño, comparar ese objeto con algunas representaciones en códices para saber si estamos en lo correcto o tuvo algún otro uso», apuntó.
Por separado, Carlos Villanueva, jefe de Difusión Cultural de la Universidad Iberoamericana, considera que a este objeto se le ha dotado de un gran valor simbólico, y recordó que Octavio Paz aseguró que el día en que el penacho regresara al país habría un reencuentro con la identidad.
El pasado domingo, la directora general del Museo de Historia del Arte de Viena, Sabine Haag, reveló a la radio pública austríaca que mantenían conversaciones con México para el préstamo temporal del penacho de Moctezuma.
La reliquia prehispánica es una de las piezas de la Colección Thompson que ha permanecido en Europa durante casi 500 años y actualmente se exhibe en el Museo Etnográfico de Viena dentro de la colección «Tesoros del México Antiguo».
Luego la cancillería informó que el acuerdo sería que a cambio del penacho del gobernador mexica, Austria obtendría en préstamo la carroza dorada del emperador Maximiliano I, que encabezó el Segundo Imperio Mexicano (1863-1867), junto a una serie de objetos «con valor sentimental para los austríacos.
El penacho, conocido en náhuatl como » copilli quetzalli», de Moctezuma II, quien fuera emperador a la llegada de los españoles a México (1519), es un tocado de oro de 24 kilates incrustado con piedras preciosas y 400 plumas de quetzal y otros tres tipos diferentes de aves.
Originalmente, formó parte de un paquete de 158 piezas que el emperador Moctezuma regaló a Hernán Cortés para honrarlo como un visitante distinguido.
Se cree que años después pasó a ser propiedad de la Casa Real de Austria, cuando el barco en el que viajaba el penacho fue atacado en Jamaica por corsarios franceses y medio siglo después fueron adquiridas a un ladrón italiano por el archiduque de Austria, Fernando II del Tirol.
En 1991 el gobierno de México reclamó a las autoridades austríacas la devolución del penacho sin éxito, Austria nunca ha prestado la pieza a este país por temor a no ser devuelta.
Investigadores, indigenistas e incluso descendientes directos de Moctezuma, como la historiadora Blanca Barragán Moctezuma (decimoquinta generación), han luchado por el regreso del objeto a México, con numerosas manifestaciones realizadas en Austria y Alemania.