Etnografía de las regiones indígenas celebra 15 años

Con diferentes análisis para plantear metodologías que permitan afrontar los desafíos del México contemporáneo, el proyecto Etnografía de las regiones indígenas en el nuevo milenio celebra 15 años de su instauración respondiendo a su objetivo inicial: dar cuenta de la vitalidad, singularidad, fuerza y expresividad cultural de los pueblos originarios de nuestro país.

Bajo esta premisa y como una respuesta a las demandas surgidas de estas comunidades en los años 90, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se propuso desde la academia abordar “las distintas maneras de ser mexicano” en este siglo XXI, expresó Diego Prieto Hernández, coordinador nacional de Antropología al inaugurar el coloquio.

“El INAH tuvo que volver la vista a los pueblos indígenas contemporáneos y recuperar la idea de que nuestro patrimonio no se reduce al legado monumental, a nuestro glorioso pasado o a las tradiciones históricas, sino a la heterogeneidad de identidades culturales que caracterizan este país”, dijo el antropólogo en el encuentro que tiene lugar en el Museo Nacional de Antropología, y culminará el viernes 10 de octubre.

Anunció que el proyecto Etnografía de las regiones indígenas en el nuevo milenio tomará estos primeros 15 años como “punto de arranque” para impulsar un gran programa nacional en que tendrán cabida todos los especialistas del INAH, así como de instituciones hermanas que desarrollan investigación en antropología.

Hizo mención particular al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, y a las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma Metropolitana y Autónoma de la Ciudad de México, así como las estatales.

Esta conjunción de conocimientos permitirá “cubrir de mejor manera la totalidad y la diversidad de los pueblos indígenas de México”, manifestó.

Respecto al Coloquio La etnografía y los desafíos del México contemporáneo, Diego Prieto explicó que éste trata de incorporar las reflexiones de la antropología internacional a las problemáticas y a los retos que se plantean en la actualidad, a nivel mundial y en nuestro territorio.

El historiador Antonio Saborit, director del museo anfitrión del evento académico, se congratuló de que este espacio, el Museo Nacional de Antropología que festeja 50 años de vida, sea una vez más —como expresaba Daniel Rubín de la Borbolla— “la más libre y democrática institución de cultura”, que es también un centro de investigación y enseñanza.

A su consideración, el Coloquio conjuga una serie de temas que son de interés para una amplia gama de estudiosos, “pues sus hallazgos y perplejidades han desbordado la mera dimensión antropológica para incidir en el interés y en los métodos de disciplinas como la historia, los estudios literarios, la crítica cultural, la musicología, la praxis museológica y sus curadurías”.

Sobre estos caminos cruzados donde ahora se sitúa la etnografía, es que el doctor George E. Marcus abordó la conferencia magistral: Etnografía ayer, hoy y especialmente mañana. El profesor de la Universidad de California, Irvine (UCI), habló de las formas “sutiles y obvias” en que está cambiando la disciplina, como textualidad y en sus campos de trabajo.

Si bien una de estas sendas han sido los temas contemporáneos y emergentes que invitan al activismo o la figura del etnógrafo convertido en “hiperteórico”, un campo abierto ahora es su colaboración con instituciones tales como el museo, de modo que la llamada “etnografía multisituada” se entrevera con el “arte participativo”. Para Marcus, “la investigación antropológica puede funcionar fuera de su escala tradicional”.

Desde la entrada de este milenio, el Centro para la Etnografía de la UCI ha buscado entre sus líneas de investigación cómo el museo antropológico puede tener un campo a través de la “etnografía multisituada” —ubicada en la interacción que mantiene el etnógrafo con los informantes, de modo que se perciben los vínculos sociales— en la constitución de micropúblicos.

Ejemplo de ello es el Proyecto 214 pies cuadrados, instalación que se ha llevado a diferentes espacios del centro económico de Los Ángeles, California, para “internar” a un público de clase alta en el modus vivendi o, mejor dicho, al limitado espacio (estrechos cuartos de motel) en que familias trabajadoras de Orange resuelven día a día sus actividades.

El Coloquio La etnografía y los desafíos del México contemporáneo continuará este martes, a partir de las 10:00 horas, con las mesas dedicadas a las Cosmovisiones y procesos simbólicos, Experiencias en la formación de jóvenes investigadores y Movimientos sociales y perspectivas locales.