Las lluvias torrenciales y generalizadas que han afectado a Yemen, el norte y el Cuerno de África en los últimos días, podrían provocar en los próximos meses un incremento de las crías de langostas del desierto, advirtió la FAO.
Los ciclones tropicales Chapala y Megh causaron una gran destrucción en la Península Arábiga y en algunas partes del Cuerno de África, dejando tras sí un terreno húmedo, ideal para el nacimiento de insectos.
“La lluvia aporta humedad al suelo para que los insectos pongan sus huevos, que a su vez necesitan absorber agua, mientras que las lluvias permiten también que crezca la vegetación, que las langostas necesitan para obtener alimento y refugio», advirtió Keith Cressman, experto de la FAO.
Añadió que tras levantar el vuelo, enjambres de decenas de millones de langostas pueden desplazarse hasta 150 kilómetros al día empujadas por el viento.
Las hembras llegan a poner 300 huevos a lo largo de su vida, mientras que un insecto adulto puede consumir más o menos su propio peso en alimentos frescos por día: alrededor de dos gramos. Un pequeño enjambre se come la misma cantidad de alimentos a diario que unas 35 000 personas.
La FAO señaló que la prevención, principalmente a través de la alerta y reacción temprana, es clave para reducir el impacto de la langosta del desierto en las zonas agrícolas y que es imperativo que los países realicen los estudios de campo necesarios y los mantengan en forma regular, vigilando de forma rutinaria las condiciones de cría y las infestaciones del insecto.