El FBI anunció este viernes que analizará nuevos correos de Hillary Clinton en relación a la investigación que había cerrado por su uso de un servidor privado como secretaria de Estado -según nota de El PAÍS-.
La agencia reabre así sus pesquisas para determinar si esos documentos contienen información clasificada. Los correos se descubrieron en un caso separado sobre Anthony Weiner, el marido de una asesora de Clinton. El anuncio llega a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales en que la demócrata parte con ventaja ante el republicano Donald Trump, lo que presumiblemente lo convertirá en un asunto central en la recta final de la campaña.
En una carta a los líderes del Congreso, el director del FBI, James Comey, explica que desconoce si los nuevos documentos aportarán datos relevantes y advierte que no puede predecir cuánto tardará el FBI en analizarlos, por lo que es una incógnita si habrá novedades antes de las elecciones del 8 de noviembre.
Los nuevos correos, según medios estadounidenses, se obtuvieron después de que el FBI se hiciera con aparatos electrónicos de Weiner y de su esposa Huma Abedin, mano derecha de Clinton, en el marco de la investigación a él por el envío a mujeres de mensajes y fotos de contenido sexual. En una de ellas, Weiner aparecía con su hijo pequeño al lado. Esas comunicaciones llevaron en agosto a Abedin a anunciar la separación de su marido, que había mandado mensajes similares en el pasado.
En su primera valoración pública, Clinton pidió al FBI que difunda “inmediatamente todos los hechos” relacionados con las nuevas pesquisas y se declaró “confiada” de que los nuevos correos no hallarán nada delictivo.
La notificación de Comey es, ante todo, un formalismo. El director del FBI afirmó bajo juramento en el Congreso que la agencia «había completado su investigación» del servidor privado de Clinton, por lo que tenía que comunicar ahora a los legisladores que su testimonio se debe “completar”, como él mismo explica en la carta. Es decir, al obtener nueva información, se veía obligado a enmendar su testimonio. En caso de que Comey no hubiese informado al Congreso antes de las elecciones, se le podría haber acusado de querer interferir en el resultado.
El FBI cerró en julio la investigación a Clinton al considerar que, pese a haber actuado de forma “extremadamente descuidada” en el manejo de información oficial con su email privado, no había cometido ningún delito. La decisión del FBI llevó al Departamento de Justicia a no presentar cargos contra la ex secretaria de Estado, lo que supuso un respiro para la campaña de la demócrata.
El inesperado anuncio del FBI este viernes puede ser para Clinton lo que en la jerga política estadounidense se denomina la sorpresa de octubre, un acontecimiento inesperado que puede alterar la campaña electoral. Esta es la tercera noticia incómoda esta semana para la demócrata tras anunciarse una severa subida del precio de los seguros de la reforma sanitaria del presidente Barack Obama y divulgarse un correo secreto que exhibe la fina línea entre la Fundación Clinton y las ganancias del matrimonio.
Clinton tiene una ventaja de cinco puntos respecto a Trump, según la media de los sondeos que hace la publicación Real Clear Politics. El caso del servidor privado de la demócrata, desde el que operaba el correo que usaba como jefa de la diplomacia estadounidense entre 2009 y 2013, ha lastrado en el último año su campaña y ha alimentado las sospechas de secretismo que persiguen desde hace años al matrimonio Clinton.
Los republicanos han tratado de utilizar el caso del correo privado para proyectar una imagen de opacidad y delictiva de la candidata demócrata que ha unido a las bases conservadoras. Los cánticos de A la cárcel sobre Clinton fueron la banda sonora de la convención republicana del pasado julio.
“La corrupción de Hillary Clinton está en una escala que nunca habíamos visto antes. No debemos permitir que lleve su esquema delictivo al Despacho Oval”, dijo Trump en un comunicado tras el anuncio del FBI. El millonario neoyorquino amenazó hace dos semanas con encarcelar a su rival si es elegido presidente y dijo que designaría a un fiscal especial para investigarla.
Tras el anuncio del FBI, que propició una caída de la bolsa en Nueva York, el líder del Congreso, el republicano Paul Ryan, pidió que Clinton deje de recibir las sesiones de información de inteligencia que se dan a los candidatos presidenciales.
En la carta, el director Comey revela que la agencia, a partir de un “caso no relacionado” que no especifica, ha conocido la “existencia de emails que parecen ser pertinentes” en la investigación sobre Clinton. Comey fue informado el jueves del nuevo material. “Acordé que el FBI debería tomar los pasos de investigación apropiados para que los investigadores revisen estos emails para determinar si contienen información clasificada, así como evaluar su importancia para nuestra investigación”, señala.
El servidor privado de Clinton se conoció en marzo de 2015. Desde entonces, el caso se ha convertido en un culebrón político interminable, en que ha sido constante el reguero de nuevas revelaciones o de episodios relacionados. Por ejemplo, se destapó que Clinton borró la mitad de los mensajes que había en su servidor por considerarlos de asuntos personales.
En la anterior investigación, el FBI revisó más de 30.000 mensajes de correo electrónico y los distintos servidores que alojaron esas comunicaciones. La agencia determinó que alrededor de un centenar de esos correos sí estaban clasificados en ese momento.