Fábrica de Zumpango de esferas, da pelea a productos Chinos

“No nos vamos a dejar de los chinos”, asegura Abraham Gamboa Cruz, propietario de un taller de esferas ubicado en este municipio, que abastece 35% del mercado nacional y elabora 200 modelos del producto.

Hace 38 años Gamboa Cruz y su esposa María Antonieta López iniciaron un taller de esferas en el barrio San Marcos, en Zumpango, que producía seis mil unidades por semana.

Ahora el taller, localizado en la calle Violetas, es una pequeña fábrica que da empleo a cerca de 100 personas a lo largo del año y sus coloridas esferas adornan los árboles navideños de uno de cada tres hogares mexicanos.

Gamboa Cruz detalla que en Zumpango existen tres fábricas y en conjunto suministran 70% de las esferas lisas que se consumen en México.

Dice que hace una década empezaron a llegar al país esferas chinas de plástico y de vidrio de modelos innovadores, lo que obligó a los fabricantes mexicanos a inventar nuevos tipos para evitar que los asiáticos se apoderaran de todo el mercado.

Agrega que su taller artesanal hace 200 modelos de esferas y algunas son grabadas a mano, labor que requiere de unos 20 minutos. La más pequeña mide apenas 23 milímetros y la más grande, la jumbo, tiene unos 20 centímetros de diámetro.

El taller cuenta con 16 sopletes y los empleados ponen el tubo de vidrio bajo la llama, luego soplan directamente y dan forma a la esfera. Después le dan el acabado metalizado en una cámara de vacío y al final las decoran.

Gamboa Cruz relata que en enero comienza la fabricación de esferas y en octubre los mayoristas adquieren la producción que van a vender en diciembre, aunque su taller prácticamente trabaja todo el año y requiere vender para pagar a sus empleados.
El taller de esferas de don Abraham es toda una empresa familiar, pues en ella participan su esposa, que fue la primera en saber cómo hacerlas, y sus hijos, uno de ellos que se encarga de comercializarlas en el DF.

“Los chinos metieron las esferas con diamantina y nosotros también las hicimos. Nunca nos vamos a dejar y vamos a seguir inventando cosas para que se vendan”, afirma.

Don Abraham señala que se trata de un trabajo artesanal, toda vez que 95% se realiza a mano y para el restante 5% emplean máquinas.

Mientras, en su taller seguirá creando nuevos modelos para impedir que las esferas chinas invadan los árboles navideños de los mexicanos.

Agencia El Universal