En el Festival de Danza Butoh, algunos de los coreógrafos japoneses que han encontrado en México los requerimientos técnicos y el entusiasmo necesarios como para poder desarrollar un proceso de actualización, mostrarán cómo los bailarines de danza contemporánea nacionales se han apropiado de esta expresión.
El encuentro se llevará a cabo del 29 de mayo al 1 de julio en tres sedes: X Teresa Arte Actual, el Museo Universitario del Chopo y el Centro Cultural Los Talleres, donde Isabel Beteta, coordinadora de dicho lugar e impulsora del festival, ofreció una conferencia de prensa en la que estuvo acompañada por el director de escena Wolfgang H. Scholz, con quien presentará el estreno de la obra Melancolie part one, del coreógrafo Katsura Kan, parte del repertorio de la compañía Nemian Danza Contemporánea.
La serie de presentaciones incluye el trabajo de los coreógrafos Natsu Nakajima, Tadashi Endo, Minako Seki, Lola Lince y Yumiko Yoshipoka, quienes han trabajado durante al menos los últimos cinco años con intérpretes mexicanos en el desarrollo de diferentes propuestas que toman como punto de partida al butoh.
Isabel Beteta explicó que el iniciador de este estilo fue Tatsumi Hijikata, quien en 1959 interpretó una coreografía con un peculiar estilo de actuación, que fue calificado en ese momento de grotesco e insultante; posteriormente esta apreciación cambio y valor plástico fue reconocido; la propuesta no narra una historia, sino que plantea al intérprete la necesidad de dejar que el cuerpo hable por sí mismo y exige el vacío del ejecutante para realizarlo.
“Para interpretarlo, el bailarín debe olvidar toda disciplina aprendida, pues interpretar este estilo significa bailar una danza que no tenga nada que ver con las ya existentes. No tiene una terminología específica o una técnica física. Considero que por eso los creadores japoneses que han llegado a México para continuar su desarrollado, se han adaptado muy bien al nuevo contexto, sobre todo si tomamos en cuenta que el butoh nació luego de la II Guerra Mundial, es decir, se trata de una expresión que sublima la violencia”.
Isabel Beteta dijo que se han reunido diversas propuestas provenientes de los creadores nipones que residen en México, y que son interpretadas por bailarines locales, en una conjunción creativa que deja ver cómo esta expresión se encuentran en un franco proceso de evolución hacia formas que acabarán por renovarlo y recontextualizarlo para darle nuevos significados.
“Este ciclo pretende sí, ser una puesta al día en ese sentido –explicó la directora, coreógrafa y bailarina– pero sobre todo destacar las virtudes de una expresión que implica mirar de manera profunda al interior del intérprete para que pueda aflorar como una expresión absolutamente cargada de significados y emociones, de no lograr ese punto, la ejecución pierde totalmente el sentido, así que es algo que se debe apreciar sobre todo vivo, en directo, para que el público se vea confrontado con una danza que lo cuestiona todo”.
Para este Festival, la compañía de Isabel Beteta, Nemian Danza Contemporánea, participarán con el estreno de Melancolie part one, del coreógrafo japonés Katsura Kan, bajo la dirección del pintor y cineasta de origen alemán Wolfgang H. Scholz; sobre este trabajo, comentó que se trata de la suma de disciplinas, intereses creativos y la búsqueda de encontrar nuevas formas de expresión con el Butoh, en una colaboración interdisciplinaria cuyos resultados son particularmente emotivos.
En la coreografía participan dos ejecutantes, quienes son apoyados por una serie de imágenes en video que fueron captadas por Wolfgang H. Scholz, quien desarrolló un proceso de creación a partir de la propuesta escénica de Katsura Kan, un proceso abierto a la inclusión de todos los elementos expresivos que ambos eligieron para concretar este.
Por ello en las imágenes que acompaña la ejecución de la coreografía se yuxtaponen tanto elementos disímbolos como los posibles significados que estos puedan tener en el contexto de esta expresión, “pues el butoh es un tipo de danza que posee su propia filosofía, porque cada maestro, o coreógrafo, tiene su propia manera de aproximarse a esta técnica, lo cual es muy interesante para los ejecutantes porque nos obliga a despojarnos de todas las referencias de las que acostumbramos echar mano y prácticamente empezar de cero.
“La colaboración en este caso entre los creadores invitados ha sido una experiencia muy gratificante para todos, porque hemos concluido que se trata de una coreografía que pertenece como género a la danza contemporánea, por los estilos que se reúnen en ella, por el propósito de expresar las cosas de manera distinta a las convencionales; además resulta igualmente enriquecedor esta comunicación creativa que se ha dado entre Japón y México a través del Butoh, que sí, está en muy buena forma en nuestro país. Este ciclo nos lo hará ver”.