El Papa Francisco agradeció esta semana al presidente Enrique Peña Nieto, y a las demás autoridades civiles, por la afectuosa acogida que recibió en su visita a México.
«Agradezco vivamente a mis hermanos en el Episcopado, y a todas las personas que han colaborado en tantas maneras», expresó el Pontífice, quién se recupera actualmente de una fiebre, en referencia a su estancia de seis días en México.
En las dos últimas semanas, el jerarca católico tuvo una intensa agenda de trabajo, sin descansos formales, pues luego de su visita a México, participó en la primera prédica de Cuaresma, un día después presidió una audiencia pública en la Plaza de San Pedro, y el domingo 21 dirigió el Angelus.
El miércoles 24 tuvo otra audiencia pública y fue el jueves cuando suspendió todas sus actividades, debido a «algunas líneas de fiebre”, de las que reposa para recuperarse, informó la víspera el portavoz de El Vaticano, Federico Lombardi.
No obstante, esta misma semana, el primer papa latinoamericano dio gracias «al Señor y a la Virgen de Guadalupe por el don de esta peregrinación. Además, agradezco al Presidente de México y a las demás Autoridades civiles por la afectuosa acogida».
Asimismo, elevó una alabanza especial a la Santísima Trinidad «por haber querido que, en esta ocasión, se realizase en Cuba el encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú y de todas la Rusias, el querido hermano Kiril; un encuentro tan deseado también por mis Predecesores».
«Este evento es asimismo una luz profética de Resurrección, de la que hoy en día el mundo tiene más que nunca necesidad. Que la Santa Madre de Dios continúe a guiarnos en el camino de la unidad. Recemos a la Virgen de Kazan, de la que el Patriarca Kiril me ha regalado un ícono», expresó en su momento.
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