
El Papa Francisco inició su primera visita al continente americano con un mensaje de apoyo a los pobres del continente.
-Los pobres son la deuda que aún tiene toda América Latina -dijo en su mensaje de saludo, agradecimiento y apoyo al presidente Ecuador, Rafael Correa.
El mandatario, por su parte, se dedicó a destacar sus logros políticos.
DEJEN DORMIR A LOS VECINOS
El Papa Francisco sorprendió esta noche a cientos de personas que se acercaron hasta la sede de la nunciatura apostólica en Quito, donde se asomó y bromeó con la frase: “¡Dejen dormir al vecindario!”.
Tras su llegada a este país, donde inició su gira sudamericana que se extenderá hasta el próximo 12 de julio y lo llevará también a Bolivia y Paraguay, el pontífice se trasladó a la embajada vaticana en la capital.
Por la tarde de este domingo, la agenda papal no incluyó ninguna actividad pública para que Jorge Mario Bergoglio pudiese descansar y reponerse del viaje de 13 horas que lo trajo desde Roma.
No obstante, una multitud se agolpó en la puerta de la nunciatura al grito de “¡Que salga el Papa!”.
La esperanza de ver al líder católico se hizo realidad de repente, cuando este se asomó y tras la broma, invitó a rezar un Ave María. Luego les impartió la bendición.
Apoteósico fue el recibimiento que tuvo Francisco a la ciudad. Según estimó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, unas 500 mil personas se lanzaron a las calles para ver su paso a bordo del papamóvil.
La gente copó buena parte de la llamada Ruta Viva, que une el aeropuerto Mariscal Sucre con la ciudad. Allí mismo el Papa pudo constatar la división política que ha precedido su llegada, con una fuerte oposición al presidente Rafael Correa.
De hecho, en las inmediaciones del aeropuerto un grupo de opositores montó con letras gigantes la frase “Francisco, reza por Ecuador” y esperaban que este pudiese verla desde el avión papal.
Luego, a los lados de la ruta, los quejosos gritaban con insistencia “¡Fuera Correa, fuera! ¡Fuera Correa, fuera!” en dirección a la comitiva papal. Mientras lo hacían mostraban sus pulgares hacia abajo en signo de desaprobación.
La semana pasada, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, convocó una manifestación contra el presidente que reunió a 350 mil personas y algunos grupos se dijeron dispuestos a extender sus marchas incluso durante la visita papal.
“El Papa está muy informado, conoce la situación del país pero no se puede decir que estuvo preocupado”, dijo Federico Lombardi.
Lombardi añadió que “desde el principio”, el Papa Francisco “estuvo totalmente seguro que su visita al Ecuador iba a ser una gran fiesta del pueblo para todo el país y que la acogida sería fantástica como ha sido”.
En una rueda de prensa, el portavoz del Vaticano aseguró que toda la sociedad ecuatoriana se siente inspirada por Francisco y por su visita.
“El Papa está seguro que puede dar una buena contribución y que estos días serán muy útiles para todos en Ecuador. En ningún momento dudó en visitar el país, el programa estaba muy claro y el Papa es muy decidido, no cambia fácilmente”, añadió.
“Es normal que antes de algunas visitas de los papas se den tensiones, manifestaciones, problemas porque muchos desean tener visibilidad y piensan que estas son buenas ocasiones, pero nuestra experiencia es que nunca hay razones para cambiar el programa”, apuntó.
La mañana de este lunes 6 de julio, Bergoglio viajará a Guayaquil donde visitará el Santuario de la Divina Misericordia y celebrará una misa multitudinaria en el Parque de Samanes, antes de regresar a Quito para seguir la gira.
INF./TELEFONO ROJO