El papa Francisco pidió a una organización caritativa belga que deje de ofrecer eutanasia en sus hospitales psiquiátricos.
La oficina de prensa del Vaticano anunció esta semana la solicitud del Pontífice.
En mayo, la organización Hermanos de la Caridad comunicó que permitirá la eutanasia en sus 15 hospitales psiquiátricos en Bélgica, uno de sólo dos países -junto con Holanda- donde se permite la muerte asistida para pacientes con problemas mentales, si lo solicitan.
Aunque el número de pacientes psiquiátricos que solicitan la eutanasia comprende sólo el 3 por ciento de los 4 mil en Bélgica cada año, la cifra se triplicó en la última década.
El grupo caritativo emitió un comunicado avisando que la practicará sólo en casos de que no haya otros tratamientos razonables y que tales solicitudes serán consideradas con la máxima cautela.
Para poder recibirla, el paciente tiene que estar en un estado de sufrimiento insoportable y la decisión debe ser aprobada por tres médicos entre ellos un psiquiatra.
“Respetamos la decisión de cada médico de aplicar o no la eutanasia”, dijo la agrupación, agregando que esa es una libertad protegida por la ley.
La Iglesia católica se opone a la muerte asistida y el Vaticano inició una investigación en torno al grupo caritativo, cuya decisión de permitir la práctica fue tomada por su junta directiva que es laica.
La sede del grupo caritativo belga en Roma emitió un comunicado en mayo argumentando que permitir la eutanasia contradice los principios básicos de la Iglesia Católica.
“Esta es la primera vez que una organización cristiana determina que la eutanasia es una práctica médica común sujeta a las decisiones del médico”, escribió el director de la agrupación, Rene Stockman.
“Esto es desleal, disparatado e inaceptable”.
La gran mayoría de los pacientes que solicitan la muerte asistida en Bélgica padecen de una enfermedad terminal, como cáncer, o alguna atrofia degenerativa.
Algunos críticos han denunciado la actitud liberal de Bélgica hacia la eutanasia, mientras que los partidarios sostienen que los enfermos psiquiátricos deben tener el mismo poder de decisión de los que sufren enfermedades físicas.
inf./Tiempo Digital/Excélsior