El papa Francisco quiso felicitar telefónicamente a un grupo de monjas de un convento de Carmelitas en España, tres de ellas argentinas. Sin embargo, en su primer intento no recibió respuesta -según nota de BBC Mundo-.
«¿Qué andarán haciendo las monjas que no pueden atender? Soy el papa Francisco, quiero saludarlas en este fin de año. Voy a ver si más tarde las puedo llamar, que Dios las bendiga», le dijo a la contestadora automática de las monjas el propio Jorge Bergoglio.
Sor Adriana, la priora del convento, le dijo a la Cadena Cope (radio española propiedad de la Iglesia) que literalmente se quería morir cuando se dio cuenta de que habían perdido la oportunidad de hablar con el pontífice.
Sus intentos para llamarlo ellas fueron infructuosos, pero horas más tarde el Papa volvió a llamar.