El rechazo a Luis Felipe Bravo Mena mostrado por las últimas encuestas de preferencias electorales en el estado de México y el “destape” al más puro estilo priísta de Ernesto Cordero como favorito de Felipe Calderón en la carrera presidencial de 2012, son dos hechos que evidencian que la cúpula del PAN se encamina hacia la fractura.
Catorce puntos porcentuales de preferencia son los que otorga el electorado mexiquense a quien fuera líder del PAN en la época de Vicente Fox y, ya con Calderón, embajador de México en el Vaticano y su secretario particular. Sus contrincantes lo rebasan por mucho: Alejandro Encinas, candidato de unidad de la izquierda, tiene 21% y Eruviel Ávila, del PRI, 53%. Este último parece inalcanzable —según los números de las encuestas— cuando falta un mes para la elección. Lo que es un hecho incontrovertible es que la disputa será entre Eruviel y Encinas.
Calderón y el grupo del PAN que él controla le apostaron a una alianza con el PRD que impidiera el triunfo del PRI pero fracasaron. También fue fallida su intención de impulsar a la contienda a una opción más competitiva, pues Josefina Vázquez Mota dijo que ni hablar, que ella aspira a la Presidencia y que no le interesaba el palacio de gobierno de Toluca. Así que la candidatura de Bravo Mena nació prácticamente muerta o si usted quiere tan débil, que ninguno de los grandes cuadros panistas, ni siquiera su líder nacional, Gustavo Madero, estuvieron en el arranque de su campaña. Y después de eso, sólo el repudio manifiesto de grupos universitarios de la FES Acatlán y de sindicalistas del SME le ha permitido tener algún eco mediático.
Esa inocultable realidad es la que lleva a suponer que Calderón no ha descartado del todo la posibilidad de que el abanderado del PAN por el estado de México decline y por lo tanto fortalezca la candidatura de la izquierda, con tal de impedir que Eruviel Ávila y con él su mentor Enrique Peña Nieto se alcen con la victoria en tierras mexiquenses y marquen una tendencia prácticamente irreversible en las presidenciales de 2012. ¿Lo aceptarían el propio Bravo Mena y los grupos ultraconservadores blanquiazules a los que pertenece? Se ve muy difícil, de ahí que en tal escenario el resultado sería la fractura.
Esa posibilidad también fue atizada la semana pasada con el “destape” del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero. Más de 300 panistas, entre ellos cuatro gobernadores, incluido el aliancista de Puebla, Javier Moreno Valle, firmaron una carta que circuló por twitter en la que apoyaban una eventual candidatura de Cordero. Éste aprovechó para decir que sí tiene aspiraciones. Fue, le decía, el “destape” y la “cargada”, esas prácticas del autoritarismo priísta tan criticadas por el PAN desde la oposición. El hecho desconcertó a la dirigencia nacional panista y alborotó al resto de los aspirantes a esa candidatura presidencial. A algunos por las formas, como fue el caso del secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio; y a otros, como Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, por el fondo, pues quieren un piso parejo en la contienda interna y se niegan a aceptar las preferencias de Calderón por la candidatura de Cordero. Esta práctica del “ungido”, al igual del régimen viejo priísta, llevaría también inevitablemente a la fisura de la cúpula del PAN.
En ambos casos falta poco para conocer el desenlace.
Instantáneas
1. EDUCACIÓN. Ayer quedó establecida la evaluación universal y obligatoria para todos los maestros de primaria, pertenezcan o no a la carrera magisterial o se desempeñen en escuelas públicas y privadas. Esa evaluación se aplicará cada tres años y servirá para su promoción profesional y para mejorar los programas académicos para su formación y actualización. El aprovechamiento escolar de los alumnos será un factor relevante en tal evaluación así como los estándares de desempeño en el aula que incluyen, entre otros aspectos, la planeación de clases, el diseño de estrategias didácticas y la atención diferenciada a alumnos rezagados o sobresalientes. Podríamos estar frente a un viraje educativo sin precedentes si el SNTE no acaba por anteponer sus intereses gremiales o políticos. Si avanza, será algo qué reconocer al gobierno de Calderón y a su secretario de Educación, Alonso Lujambio.
2. MI INVITACIÓN a que me siga en twitter, donde podremos intercambiar información y opiniones. Mi dirección es @RaulRodriguezC.
(rrodriguezangular@hotmail.com)