La Alianza por la Salud Alimentaria (ASA), Greenpeace y la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) denunciaron que la Dirección General de Reglas de Comercio Internacional de la Secretaría de Economía ha secundado las estrategias de la industria del tabaco, la comida chatarra y de transgénicos para oponerse a las políticas de protección de la salud y de información a los consumidores, argumentando que estas regulaciones constituyen barreras al comercio.
Estos funcionarios y las corporaciones se han opuesto, a nombre del gobierno mexicano, a las regulaciones más avanzadas internacionalmente para el empaquetado de cigarrillos, etiquetado de alimentos y bebidas, así como para el marcado de productos que contienen transgénicos.
El 17 de junio de 2014, Juan Antonio Dorantes Sánchez, Director General del Reglas de Comercio Internacional de la Secretaría de Economía, dirigió una carta al representante de Ecuador ante el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para señalar que el nuevo etiquetado frontal, conocido como semáforo, establecido para los alimentos y bebidas procesadas en Ecuador constituye una barrera al comercio.
En el punto 2.22 del documento manifiesta su oposición a que en el etiquetado de los alimentos se informe la presencia de transgénicos y asegura que no existe diferencia alguna en la composición proteínica, nutrimental, toxicológica o alergénica de los organismos genéticamente modificados o transgénicos, a pesar de que existen serias preocupaciones de investigadores independientes en diversos países respecto a la incertidumbre sobre el impacto de los transgénicos en el consumo humano y animal, lo que ha llevado a más de 60 países a establecer este etiquetado.
“Es indignante que el gobierno mexicano, en sus opiniones al sistema de etiquetado que propone Ecuador, sea un palero de la industria de Organismos Genéticamente Modificados y promueva el bloqueo de un etiquetado de transgénicos que brinda información básica a los consumidores sobre las sustancias e ingredientes que contiene cada producto, argumentando costos adicionales y obstáculos innecesarios al comercio, cuando como ciudadanos tenemos derecho a estar informados y tener acceso a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad” afirmó Raúl Estrada, director de Comunicación de Greenpeace.